Lo que se encontró en el primer encuentro de maestros del distrito pensando la educación publica
Hacia la salvación de la escuela pública estatal
Existe una filosofía agonizante en las aulas de las escuelas,
ya no es un análisis de la historia del pensamiento
ni un desarrollo de la capacidad del pensamiento mismo,
hay que salvar la filosofía,
darle un nuevo aire desde el aula misma.
La filosofía debe ser un aguijonear el ser del estudiante,
no para que aprenda historia de la filosofía,
sino para que piense su ser mismo en el mundo,
la filosofía es la alétheia de sí,
si se elimina la filosofía en los colegios
se elimina la conciencia del discente
se elimina la existencia consiente de sí.
(Quinche)
En el siguiente escrito se pretende narrar, la experiencia durante el primer encuentro de maestros del distrito pensando la escuela pública estatal. Con el fin de darle la dignidad que se merece, y mantenerle en el estatus que debe estar, un espacio para ser libres, pensar y trasformar.
Empezaré por presentar lo que escribí minutos antes de iniciar el encuentro:
Maestros del siglo XXI (tercer milenio) invito de manera incitante y hasta hostigante a no creer, a descreer, a crear y a descrear. Los maestros del siglo XXI no creen en modelos, ni métodos, ni leyes, ni normas, ni pautas, ni modos. Los creamos, en medio de la presencia de su sentido. Claro que estamos untados hasta la (c)orinilla, hay que educar con martillo, y después con cincel, para pulir sin tocar la piel. Invito sin juzgarme pues en ocasiones la tradición y la traición me atrapan pero lo mejor de ello es buscar la escapatoria, no para salir, sino para mostrar un nuevo vacío a mis discentes. (Quinche)
Posteriormente se explica o se muestra una experiencia educativa en México para tomar conceptos e ideas para repensar la escuela pública estatal en pleno siglo XXI.
Ahora, se pasa ya a las preguntas y respuestas que convocan al encuentro, entre las preguntas podemos encontrar:
• ¿No encontramos frente a un agotamiento del modelo de aprendizaje?
• ¿En qué medida, y de qué forma, la enseñanza como acontecimiento y el pensamiento como libre incursión de lo nuevo, sería una posibilidad ética?
• ¿De qué modo se relaciona la formación con la experiencia estética? ¿Es la formación una construcción estética? ¿Papel de las emociones en la formación? ¿Formación integral? ¿Formación que reclame todo el ser? ¿Formación entre el ser y la nada?
• ¿Maestros para hoy? ¿Maestros a quienes interrogar o maestros ante quien interrogarse? ¿Desaparece el maestro con la información tecnológica?
• ¿Maestros y “coach”?
Las diferentes intervenciones me hicieron pensar lo siguiente en relación a todas las preguntas en especial las tres últimas preguntas.
Primero me surge la inquietud frente al formular un educación para otro país, pues no se quiere dar una fórmula mágica para hacer una nueva nación, y es más, ¿para otro país?, en tanto que el país que soñamos, debemos sentir el país propio para soñarlo de otra manera. Así, hay que primero descubrir la enfermedad para poderle atacar.
El Estado es sólo Estado para sí mismo, no piensa políticas publicas para lo público, han convertido a la escuela en derechos básicos de aprendizaje (DBA) sin pensar en los derechos básicos para la vida, hay que rumiar lo DBA para extraer lo que nos sabe y lo que sabemos, como maestros dentro de un aula, lo que puede servir, según el contexto para vivir.
Así hay que comprender desde cero, no satanizar, pero tampoco endiosar. Los hogares no conocen los DBA, y los DBA están dislocados de la realidad escolar y contextual, una cosa es la escuela y otra el mundo de la vida. Y lo que se evalúa muchas veces no son los DBA. Hay que re-articular los contextos con los derechos.
Después pasamos a hablar sobre la OCDE, que la defino como la Organización Contra el Derecho a la Educación. Una cosa es la vida de la experiencia escolar del docente y otra los estándares que se proponen desde las políticas educativas, los maestros no sólo deben dudar y criticar sino también proponer. El maestro debe entender el lugar de su acción y el contexto para promover los estándares que le corresponden según sus propios parámetros, los de la cotidianidad, creyendo en ideas descabelladas para romper los modelos y extraer resultados no planificados.
La intención es un concepto elemental, ya que el mestro debe tener una intención y el aprendiz debe tener su propia intención, no es la intención del maestro. La ambición por el enseñar y por el aprender, como una clase de emanación de la emoción de la enteridad del ser. El maestro debe ser formador de experiencias educativas entendidas como constitutivas del ser. Y además de comprender la complejidad del concepto formación (Bildung) que va más allá de los estándares de la educación. Hay que compartir experiencias educativas, y experiencias estéticas, como ejemplos de vida para que los aprendices se den cuenta y tomen conciencia de la necesidad de ser responsable de su propio ser. Estamos en ultimas para salvar el mundo desde la escuela, si no creemos en ello estamos perdiendo nuestros esfuerzos.
Un coach dice “por allá” un maestro dice ve, valla y me cuenta qué encontró. El maestro empuja al asombro, el maestro debe sorprender desde su asignatura y mostrar la vida en su totalidad. El coach receta y el maestro, aguijonea. Lleva al umbral del abismo de su ser, para que cada quien a su conciencia se lance a la aventura de encontrarse y de reencontrarse con los demás.
Los maestros del siglo XXI somos los dueños de la revolución formativa. Los maestros del siglo XXI somos los que debemos develar las incongruencias de las imposiciones y fomentar nuevas maneras de pensar el hacer de la escuela pública estatal.
Si se elimina la filosofía de la escuela se elimina la esencia de la educación.
(Quinche)