Abrir el pensamiento hacia nuevos dilemas
Dilemas
que no son tan nuevos
Los principales temas
abordados en los estudios
sistemáticos de
bioética (aborto, técnicas de
reproducción
humana asistida, enfermedad y
ancianidad, anticoncepción, SIDA,
etc.). [hay que] Elaborarlos y
pensarlos juntos dentro de la temática [de la]bioética
es una necesidad de “memoria y
conciencia” y posiblemente también una
necesidad para realizar nuevas y
más ajustadas propuestas.
(de
la Torre, 2010, p. 12)
INTRODUCCIÓN
La siguiente relatoría
tratará, en la medida de lo viable, de dar un breve resumen del texto de López
de la Vieja llamado Bioética Feminista.
Posteriormente se tomaran algunas ideas del texto de de la Torre Díaz llamado Mujer, Mujeres y Bioética, para dar más
valor a las ideas compartidas en el primer momento, para finalizar con unas
cuantas consideraciones finales que puedan servir de inicio para el discurrir
argumentativo de la sesión y propender por clarificar los conceptos tratados y
así poder considerarlos a la vez desde la filosofía y la práctica pedagógica.
A decir con sinceridad,
el tema me era algo extraño, casi que inexistente, no se veía una luz que diera
piso para poder soportar todas las cuestiones que se suscitan. El azul es para
los niños y el rosa para la niñas, los carros y las pistolas son para los
niños, y las muñecas y los diarios son para las niñas, pantalón y tenis para
los niños y falda y zapato charol para las niñas, el futbol para los niños y
natación sincronizada para las niñas, fila de niños y fila de niñas. Es
indiscutible la condición biológica física, no sé si fenotípica, pero también
está la condición biológica psíquica, no sé si genotípica. Lo que sí es cierto
es que en pleno siglo XXI, el mundo no es el mismo del siglo XX, y eso que sólo
nos separan casi dos décadas.
BREVE RESEÑA DEL TEXTO
En la bioética, al igual
que en otros espacios, la voz de las mujeres es marginal (de la Torre, 2010, p.
40) por ello también la importante propuesta que nos presenta López María
Teresa. Ella propone hacer una revisión a la bioética liberal, en la que se
busca una mayor dimensión social y política, que incida en la atención en salud
e investigación científica. La ética del cuidado debe evolucionar a una
bioética cívica con perspectiva de género, entendido más como identidad que
como sexo masculino o femenino, que a su vez lleva un condicionamiento de las
cargas y de los beneficios (López, 2014, p. 144).
Este enfoque da una
extensión y una fuerza a la teorías feministas que fundamentan la bioética
feminista, estás teorías a la vez quieren criticar los problemas que por la
división entre hombre y mujer, generan discriminación en los ámbitos de salud,
y calidad de vida personal; dados por los sesgos de género en la misma práctica
clínica, se pretenden defender los derechos reproductivos, los grandes temas
controversiales, como la interrupción del embarazo de manera voluntaria. La investigación
científica debería ayudar a minimizar dichos sesgos (López, 2014, p. 144), pero
es muy poco evidente su implicancias.
Revisar los principios
clásicos de la bioética, es una de las propuestas: autonomía, beneficencia, no
maleficencia y justicia; y pensar a la vez en algunos principios
complementarios, como la responsabilidad y la igualdad. Hay que revisar a fondo el modelo liberal de la bioética, en
un contexto diferente, desde una perspectiva de género hacia un modelo cívico:
social y político de bioética (López, 2014, p. 145).
La crítica feminista en
los años 60’ fomenta una actitud de cuidado, que puede ser por ejemplo, la
interrupción voluntaria del embarazo, lo que puede generar respuestas plurales,
la idea posconvencional, abre una línea novedosa para examinar otros problemas.
Pero la “otra voz” no llegó. Fue luego de demandas acerca del sistema que
discrimina, que la disciplina se diversifica y da espacio para la aparición de
la bioética feminista (López, 2014, p. 145). Aunque ni la psicología evolutiva,
ni la filosofía, ni la ética aplicada pusieron cuidado a la importancia de
darle cabida, aun así, la bioética se transforma sin tener en cuenta otros
discursos sobre moralidad y salud (López, 2014, p. 146).
Nuevamente las
denuncias sobre falta de igualdad, discriminación y violencia, en 1979 en la Convention on the Elimination of All forms
of Discrimination againts Women (CEDAW), definen el marco para eliminar la
discriminación en todas las culturas y sociedades, reiterada en 1995 en la 3rd Conference on Women de Beijing para
construir estructuras de igualdad. Aunque todo ello sigue lejos de una
distribución equitativa de recursos sanitarios, educación, ambiente y bien
público en general. Este enfoque de género propende por todos los agentes, por
ello es un enfoque cívico, que permita contribuir a modificar el análisis
bioético desde una dimensión social y política, es decir, cívica, que permita
salud y bienestar, ya que desde la bioética se entiende lo personal como
político (López, 2014, p. 147).
Por los 1990, se
realiza la FAB International Network on
Feminist Approach to Bioethics, que contribuye a normalizar el enfoque,
puesto que, los juicio morales deben ser imparciales, pero y hay que poner en
negrilla ese pero, desde contextos especiales con aspectos concretos que
permitan aplicar la norma legal y moral acorde a ese preciso y único caso,
situaciones determinadas con agentes determinados (López, 2014, p. 147).
La interrupción del
embarazo o la reproducción asistida son otros problemas controversiales, pero
que deben ser vistos desde las situaciones de violencia en especial la
machista, todo este desequilibrio afecta a la salud y a la investigación y como
se dice más adelante en el texto (p. 150) a los ciudadanos y sus derechos, ¿cómo
evitarlo? es la gran pregunta (López, 2014, p. 148).
Las limitaciones del
modelo liberal se notan al contacto con la multiculturalidad, desde la
perspectiva de género en la bioética se piensa que debe prevalecer la salud y
la vida, por encima de la misma cultura. Por ejemplo, en la Guajira que por su
cultura dejan morir sin asistencia por parte de los organismos de salud que en
la medida que pueden hacen lo que está en su realidad. Y emerge en el texto
como esperándome, la pregunta de “¿cómo aplicar el principio de autonomía en
sistemas que mantienen prácticas de dominio?” (López, 2014, p. 149). Desde el
género en la bioética se pretende hacer visible esa misma problemática, otro
ejemplo, por qué los cuidadores son todas cuidadoras, por qué los donadores son
casi todos donadoras; la perspectiva de género permite formular estas preguntas
de forma correcta, es decir que se necesita de la bioética feminista para poder
formular estos tipos de cuestionamientos sin prejuicios, dogmas o
tradicionalismos anquilosados en siglos anteriores.
La bioética feminista
es la “otra voz” la voz crítica, que con su enfoque de género, cuestiona el
dominio patriarcal que quita fuerzas a los principios universales. Una cosa es
el logro formal y otra la práctica de las oportunidades reales para las
mujeres. Desde la bioética feminista se ha ampliado hacia una propuesta cívica
más social y política; asimismo la relación entre condiciones de vida como la
pobreza y la salud. Esta es pues una teoría crítica y normativa para poner al
día la agenda bioética, para que sean tratados estos dilemas en la esfera
pública, ya que antes la ética del cuidado era menos política que científica
(López, 2014, p. 150), ya para el año 2005 la Declaración sobre Bioética y
Derechos Humanos de la UNESCO (art. 14) iba en esta dirección, la de tener un
enfoque distinto, acerca de la promoción de la salud, en clave de desarrollo y
responsabilidad social (López, 2014, p. 151).
Ahora bien después de
haber intentado esbozar brevemente la propuesta de López pasaremos a dar una
especie de lluvia de ideas desde de la Torre con el fin de poder incentivar
diversos panoramas para pensar desde la bioética feminista.
IDEAS PARA ABRIR EL
PENSAR
“La bioética ha
ignorado las cuestiones sociales y de género, olvidando por tanto, en la mayor
parte de los casos, la pertenencia a una comunidad o a una sociedad, en la que
la identidad de los individuos cobra sentido” (de la Torre, 2010, p. 40), de
pronto no ha sido por voluntad propia, sino por las mismas presiones sociales
que excluyen ciertos aspectos y ámbitos de sí mismo, que ni la crítica bioética
podría ver con claridad. Podría decir desde la filosofía que es con la teoría
crítica social en la que también se alimentan las preguntas que antes no se
formulaban.
Se afirma que las mujeres deben
ser sujetos del discurso moral y no excluidas del mismo; se insiste en superar
toda forma de opresión contra quienes no tienen poder, en general, de ahí la
referencia continua a la idea del “empoderamiento”. (de la Torre, 2010, p. 41)
Son las mujeres las
llamadas a sumir su propia bandera, pero no por ello quiere decir que sólo
ellas deban dar la lucha, todos los hombre venimos de una mujer, y por ello la
necesidad de asumir desde todos los agentes la lucha por la defensa y la
consolidación de una bioética feminista evidente no sólo en los textos de
academia sino en la práctica misma de la salud clínica.
La relación entre la bioética y
el feminismo es ambigua y compleja. Algunas autoras consideran que se puede dar
entre ellas un enriquecimiento mutuo. Una bioética feminista consiste en el
examen de todo tipo de asuntos bioéticos desde la perspectiva de la teoría
feminista, y esto resulta enriquecedor pues completa una visión que, de otro
modo estaría sesgada. (de la Torre, 2010, p. 47)
Si la relación no fuera
clara y hasta necesaria no se podrían mostrar los avances que se han logrado
desde la misma crítica activa frente a las injusticias, discriminaciones y
violencia que se ha dado con conciencia de superioridad patriarcal; por ejemplo
sólo unos datos del siglo XXI para pensar:
500.000 muertes anuales
de mujeres son consecuencia del embarazo y del parto, el 99% de ellas en países
en desarrollo, 75% de los que padecen el SIDA son mujeres. 25% de las mujeres
han padecido violencia sexual. 30% de las mujeres han tenido una iniciación
sexual forzada (en España), 10% de las mujeres han sufrido violencia física. 84%
de los cuidadores familiares de nuestros mayores son mujeres (en España). Los
tratamientos de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida recaen
exclusivamente sobre las mujeres y su cuerpo, con todo lo que suponen ciclo
tras ciclo hasta que tienen o no tienen éxito (FIV 28%). La anticoncepción ha
sido y es responsabilidad en su mayoría de mujeres, tanto en las primeras relaciones
sexuales como cuando hay una pareja estable. Esto ha hecho, que hoy contemos
con muy pocos métodos anticonceptivos masculinos (de la Torre, p. 11, 12). Si
esto no nos pone a pensar entonces seguiremos manteniendo la abismal brecha de
sesgo entre la búsqueda de una justicia universal y la práctica de un cuidado
que no necesariamente responderá a esos principios, sino a unas
particularidades exclusivas, pero no excluyentes.
“Las mujeres parten de
la experiencia de opresión vivida, entendida como opresión y daño. Ellas la
definen como deshumanización plurifacética” (de la Torre, 2010, p. 197), es
tanto así que es deshumanizado el ser humano cuando se permite la violencia
contra la mujer, cuando aún no hay claridad ni consenso en el aborto y sus
excepciones. La vida y la salud, las necesidades mínimas para el ser humano,
sin medir si es M o F, I o H, L o T, Carlos o Carla.
CONSIDERACIONES FINALES
Ahora para finalizar
podemos decir que desde esta perspectiva la práctica docente no es que se
clarifique. Si no que más bien se complica. Pues ahora con lo de la diversidad
de géneros y la tolerancia por delante, es difícil, poder emprender sin
prejuicio una labor más que neutral, incentivadora en pro del respeto, la justicia
y la dignidad humana. Ya que, primero hay que trabajar sobre sí mismo para
poder ampliar esos límites que no permiten eliminar los sesgos. Para después
poder ejercer influencia, ejemplo, y exigencia de los derechos de todos y de
todas. Ya hasta el lenguaje debe ser elocuente con la realidad.
Pero a la vez es
difícil cuando, por ejemplo: en el colegio donde laboro, hay una persona de
físico, sexo femenino, pero con identidad de varón, viste como niño, pero forma
en la fila de niñas, ingresa al baño de niñas y en la lista aún aparece Luna
Dayana. Igual como docente trato de creer que es niño y así se le trata, aunque
eso sea caer en otro “error” pues se la habla más duro y estricto que a una
niña, niña.
Lo importante creo que
es poner a pensar a la sociedad sobre estos temas para poder ver que el
problema no es sólo el erradicar la pobreza y el analfabetismo sino también la
discriminación y la desigualdad e injusticia social y política. “Estamos ante
un intento de una reconstrucción de la ética que parte de considerar a las mujeres
como personas humanas con capacidad de acción moral: libertad y
responsabilidad” (de la Torre, 2010, p. 206). No es que no lo sean, sino que se
ha ocultado, por diversas razones; ahora hay que reconstruir, repensar la
ética, la bioética, la bioética liberal y la bioética feminista desde un enfoque
de género, pero de género Humano.
La opresión es una
forma intolerable de injusticia,
pero, además de la
opresión de género, que es la más destacada por el
feminismo, hay
otras formas de opresión ulteriores y adicionales.
Sin embargo, es
posible cambiar la sociedad, de modo que se pueda eliminar la
opresión. Una meta
del feminismo será promover los cambios necesarios
para lograrlo.
(de la Torre, 2010, p. 23)
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
de la Torre, J. (2010).
Mujer, Mujeres y Bioética. Madrid.
España. Universidad Pontificia Comillas.
López, M. (2014). Bioética Feminista. Dilemata.
Universidad de Salamanca.