miércoles, 18 de abril de 2018

Abrir el pensamiento hacia nuevos dilemas


Abrir el pensamiento hacia nuevos dilemas
Dilemas que no son tan nuevos

Los principales temas
abordados en los estudios sistemáticos de
bioética (aborto, técnicas de reproducción
humana asistida, enfermedad y ancianidad, anticoncepción, SIDA,
etc.). [hay que] Elaborarlos y pensarlos juntos dentro de la temática [de la]bioética
es una necesidad de “memoria y conciencia” y posiblemente también una
necesidad para realizar nuevas y más ajustadas propuestas.
(de la Torre, 2010, p. 12)


INTRODUCCIÓN
La siguiente relatoría tratará, en la medida de lo viable, de dar un breve resumen del texto de López de la Vieja llamado Bioética Feminista. Posteriormente se tomaran algunas ideas del texto de de la Torre Díaz llamado Mujer, Mujeres y Bioética, para dar más valor a las ideas compartidas en el primer momento, para finalizar con unas cuantas consideraciones finales que puedan servir de inicio para el discurrir argumentativo de la sesión y propender por clarificar los conceptos tratados y así poder considerarlos a la vez desde la filosofía y la práctica pedagógica.
A decir con sinceridad, el tema me era algo extraño, casi que inexistente, no se veía una luz que diera piso para poder soportar todas las cuestiones que se suscitan. El azul es para los niños y el rosa para la niñas, los carros y las pistolas son para los niños, y las muñecas y los diarios son para las niñas, pantalón y tenis para los niños y falda y zapato charol para las niñas, el futbol para los niños y natación sincronizada para las niñas, fila de niños y fila de niñas. Es indiscutible la condición biológica física, no sé si fenotípica, pero también está la condición biológica psíquica, no sé si genotípica. Lo que sí es cierto es que en pleno siglo XXI, el mundo no es el mismo del siglo XX, y eso que sólo nos separan casi dos décadas.



BREVE RESEÑA DEL TEXTO
En la bioética, al igual que en otros espacios, la voz de las mujeres es marginal (de la Torre, 2010, p. 40) por ello también la importante propuesta que nos presenta López María Teresa. Ella propone hacer una revisión a la bioética liberal, en la que se busca una mayor dimensión social y política, que incida en la atención en salud e investigación científica. La ética del cuidado debe evolucionar a una bioética cívica con perspectiva de género, entendido más como identidad que como sexo masculino o femenino, que a su vez lleva un condicionamiento de las cargas y de los beneficios (López, 2014, p. 144).
Este enfoque da una extensión y una fuerza a la teorías feministas que fundamentan la bioética feminista, estás teorías a la vez quieren criticar los problemas que por la división entre hombre y mujer, generan discriminación en los ámbitos de salud, y calidad de vida personal; dados por los sesgos de género en la misma práctica clínica, se pretenden defender los derechos reproductivos, los grandes temas controversiales, como la interrupción del embarazo de manera voluntaria. La investigación científica debería ayudar a minimizar dichos sesgos (López, 2014, p. 144), pero es muy poco evidente su implicancias.
Revisar los principios clásicos de la bioética, es una de las propuestas: autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia; y pensar a la vez en algunos principios complementarios, como la responsabilidad y la igualdad. Hay que revisar  a fondo el modelo liberal de la bioética, en un contexto diferente, desde una perspectiva de género hacia un modelo cívico: social y político de bioética (López, 2014, p. 145).
La crítica feminista en los años 60’ fomenta una actitud de cuidado, que puede ser por ejemplo, la interrupción voluntaria del embarazo, lo que puede generar respuestas plurales, la idea posconvencional, abre una línea novedosa para examinar otros problemas. Pero la “otra voz” no llegó. Fue luego de demandas acerca del sistema que discrimina, que la disciplina se diversifica y da espacio para la aparición de la bioética feminista (López, 2014, p. 145). Aunque ni la psicología evolutiva, ni la filosofía, ni la ética aplicada pusieron cuidado a la importancia de darle cabida, aun así, la bioética se transforma sin tener en cuenta otros discursos sobre moralidad y salud (López, 2014, p. 146).
Nuevamente las denuncias sobre falta de igualdad, discriminación y violencia, en 1979 en la Convention on the Elimination of All forms of Discrimination againts Women (CEDAW), definen el marco para eliminar la discriminación en todas las culturas y sociedades, reiterada en 1995 en la 3rd Conference on Women de Beijing para construir estructuras de igualdad. Aunque todo ello sigue lejos de una distribución equitativa de recursos sanitarios, educación, ambiente y bien público en general. Este enfoque de género propende por todos los agentes, por ello es un enfoque cívico, que permita contribuir a modificar el análisis bioético desde una dimensión social y política, es decir, cívica, que permita salud y bienestar, ya que desde la bioética se entiende lo personal como político (López, 2014, p. 147).
Por los 1990, se realiza la FAB International Network on Feminist Approach to Bioethics, que contribuye a normalizar el enfoque, puesto que, los juicio morales deben ser imparciales, pero y hay que poner en negrilla ese pero, desde contextos especiales con aspectos concretos que permitan aplicar la norma legal y moral acorde a ese preciso y único caso, situaciones determinadas con agentes determinados (López, 2014, p. 147).
La interrupción del embarazo o la reproducción asistida son otros problemas controversiales, pero que deben ser vistos desde las situaciones de violencia en especial la machista, todo este desequilibrio afecta a la salud y a la investigación y como se dice más adelante en el texto (p. 150) a los ciudadanos y sus derechos, ¿cómo evitarlo? es la gran pregunta (López, 2014, p. 148).
Las limitaciones del modelo liberal se notan al contacto con la multiculturalidad, desde la perspectiva de género en la bioética se piensa que debe prevalecer la salud y la vida, por encima de la misma cultura. Por ejemplo, en la Guajira que por su cultura dejan morir sin asistencia por parte de los organismos de salud que en la medida que pueden hacen lo que está en su realidad. Y emerge en el texto como esperándome, la pregunta de “¿cómo aplicar el principio de autonomía en sistemas que mantienen prácticas de dominio?” (López, 2014, p. 149). Desde el género en la bioética se pretende hacer visible esa misma problemática, otro ejemplo, por qué los cuidadores son todas cuidadoras, por qué los donadores son casi todos donadoras; la perspectiva de género permite formular estas preguntas de forma correcta, es decir que se necesita de la bioética feminista para poder formular estos tipos de cuestionamientos sin prejuicios, dogmas o tradicionalismos anquilosados en siglos anteriores.
La bioética feminista es la “otra voz” la voz crítica, que con su enfoque de género, cuestiona el dominio patriarcal que quita fuerzas a los principios universales. Una cosa es el logro formal y otra la práctica de las oportunidades reales para las mujeres. Desde la bioética feminista se ha ampliado hacia una propuesta cívica más social y política; asimismo la relación entre condiciones de vida como la pobreza y la salud. Esta es pues una teoría crítica y normativa para poner al día la agenda bioética, para que sean tratados estos dilemas en la esfera pública, ya que antes la ética del cuidado era menos política que científica (López, 2014, p. 150), ya para el año 2005 la Declaración sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO (art. 14) iba en esta dirección, la de tener un enfoque distinto, acerca de la promoción de la salud, en clave de desarrollo y responsabilidad social (López, 2014, p. 151).
Ahora bien después de haber intentado esbozar brevemente la propuesta de López pasaremos a dar una especie de lluvia de ideas desde de la Torre con el fin de poder incentivar diversos panoramas para pensar desde la bioética feminista.

IDEAS PARA ABRIR EL PENSAR
“La bioética ha ignorado las cuestiones sociales y de género, olvidando por tanto, en la mayor parte de los casos, la pertenencia a una comunidad o a una sociedad, en la que la identidad de los individuos cobra sentido” (de la Torre, 2010, p. 40), de pronto no ha sido por voluntad propia, sino por las mismas presiones sociales que excluyen ciertos aspectos y ámbitos de sí mismo, que ni la crítica bioética podría ver con claridad. Podría decir desde la filosofía que es con la teoría crítica social en la que también se alimentan las preguntas que antes no se formulaban.

Se afirma que las mujeres deben ser sujetos del discurso moral y no excluidas del mismo; se insiste en superar toda forma de opresión contra quienes no tienen poder, en general, de ahí la referencia continua a la idea del “empoderamiento”. (de la Torre, 2010, p. 41)


Son las mujeres las llamadas a sumir su propia bandera, pero no por ello quiere decir que sólo ellas deban dar la lucha, todos los hombre venimos de una mujer, y por ello la necesidad de asumir desde todos los agentes la lucha por la defensa y la consolidación de una bioética feminista evidente no sólo en los textos de academia sino en la práctica misma de la salud clínica.

La relación entre la bioética y el feminismo es ambigua y compleja. Algunas autoras consideran que se puede dar entre ellas un enriquecimiento mutuo. Una bioética feminista consiste en el examen de todo tipo de asuntos bioéticos desde la perspectiva de la teoría feminista, y esto resulta enriquecedor pues completa una visión que, de otro modo estaría sesgada. (de la Torre, 2010, p. 47)

Si la relación no fuera clara y hasta necesaria no se podrían mostrar los avances que se han logrado desde la misma crítica activa frente a las injusticias, discriminaciones y violencia que se ha dado con conciencia de superioridad patriarcal; por ejemplo sólo unos datos del siglo XXI para pensar:
500.000 muertes anuales de mujeres son consecuencia del embarazo y del parto, el 99% de ellas en países en desarrollo, 75% de los que padecen el SIDA son mujeres. 25% de las mujeres han padecido violencia sexual. 30% de las mujeres han tenido una iniciación sexual forzada (en España), 10% de las mujeres han sufrido violencia física. 84% de los cuidadores familiares de nuestros mayores son mujeres (en España). Los tratamientos de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida recaen exclusivamente sobre las mujeres y su cuerpo, con todo lo que suponen ciclo tras ciclo hasta que tienen o no tienen éxito (FIV 28%). La anticoncepción ha sido y es responsabilidad en su mayoría de mujeres, tanto en las primeras relaciones sexuales como cuando hay una pareja estable. Esto ha hecho, que hoy contemos con muy pocos métodos anticonceptivos masculinos (de la Torre, p. 11, 12). Si esto no nos pone a pensar entonces seguiremos manteniendo la abismal brecha de sesgo entre la búsqueda de una justicia universal y la práctica de un cuidado que no necesariamente responderá a esos principios, sino a unas particularidades exclusivas, pero no excluyentes.  
“Las mujeres parten de la experiencia de opresión vivida, entendida como opresión y daño. Ellas la definen como deshumanización plurifacética” (de la Torre, 2010, p. 197), es tanto así que es deshumanizado el ser humano cuando se permite la violencia contra la mujer, cuando aún no hay claridad ni consenso en el aborto y sus excepciones. La vida y la salud, las necesidades mínimas para el ser humano, sin medir si es M o F, I o H, L o T, Carlos o Carla.

CONSIDERACIONES FINALES
Ahora para finalizar podemos decir que desde esta perspectiva la práctica docente no es que se clarifique. Si no que más bien se complica. Pues ahora con lo de la diversidad de géneros y la tolerancia por delante, es difícil, poder emprender sin prejuicio una labor más que neutral, incentivadora en pro del respeto, la justicia y la dignidad humana. Ya que, primero hay que trabajar sobre sí mismo para poder ampliar esos límites que no permiten eliminar los sesgos. Para después poder ejercer influencia, ejemplo, y exigencia de los derechos de todos y de todas. Ya hasta el lenguaje debe ser elocuente con la realidad.
Pero a la vez es difícil cuando, por ejemplo: en el colegio donde laboro, hay una persona de físico, sexo femenino, pero con identidad de varón, viste como niño, pero forma en la fila de niñas, ingresa al baño de niñas y en la lista aún aparece Luna Dayana. Igual como docente trato de creer que es niño y así se le trata, aunque eso sea caer en otro “error” pues se la habla más duro y estricto que a una niña, niña.
Lo importante creo que es poner a pensar a la sociedad sobre estos temas para poder ver que el problema no es sólo el erradicar la pobreza y el analfabetismo sino también la discriminación y la desigualdad e injusticia social y política. “Estamos ante un intento de una reconstrucción de la ética que parte de considerar a las mujeres como personas humanas con capacidad de acción moral: libertad y responsabilidad” (de la Torre, 2010, p. 206). No es que no lo sean, sino que se ha ocultado, por diversas razones; ahora hay que reconstruir, repensar la ética, la bioética, la bioética liberal y la bioética feminista desde un enfoque de género, pero de género Humano.

La opresión es una forma intolerable de injusticia,
pero, además de la opresión de género, que es la más destacada por el
feminismo, hay otras formas de opresión ulteriores y adicionales.
Sin embargo, es posible cambiar la sociedad, de modo que se pueda eliminar la
opresión. Una meta del feminismo será promover los cambios necesarios
para lograrlo.
(de la Torre, 2010, p. 23)




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

de la Torre, J. (2010). Mujer, Mujeres y Bioética. Madrid. España. Universidad Pontificia Comillas.

López, M. (2014). Bioética Feminista. Dilemata. Universidad de Salamanca. 




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