EL INDETERMINISMO HUMANO
Primero mi alegría, segundo
la alegría de los demás y tercero la alegría de todos
“Alaban la naturaleza humana que no existe
en absoluto
e
infaman la que existe realmente.”
(Spinoza)
Éste trabajo está dividido en
cuatro partes breves en las que se tratará primero acerca de lo que hizo
Spinoza y lo que hizo Brabsky, en relación a la interpretación, análisis y
racionalización de los afectos en el caso de Spinoza y de los instintos en Bransky,
seguido por la concordancia entre estos dos pensadores, después se relacionara
con el vídeo de The dark knight, y
finalmente se harán unas consideraciones especiales, no a modo de conclusión
sino a modo de debate abierto.
1.
Qué hizo Spinoza y qué hizo
Bransky
Empezaré por tratar de aproximarme
a la propuesta de Spinoza reconociendo primero su gran audacia y pensamiento,
su originalidad, irreverencia y hasta transgresión de su propuesta en general.
Los conceptos claves para entender su filosofía son los de la causa adecuada o inadecuada, cuando hay
causas adecuadas obramos
afectados por…, y así aumentamos nuestra alegría,
mientras que si existe un causa inadecuada
padecemos por… y así aumenta nuestra tristeza.
La alegría afirma al ser en sí y a la
consciencia de su existencia y aumentamos nuestra potencia de obrar, la tristeza no-afirma al ser en sí ni a la
consciencia de la existencia y disminuye la potencia de obrar. Se aumenta el
padecimeinto.
Spinoza piensa en la dimensión
ética de los afectos y cómo estos determinan “indeterminadamente” al hombre. Pues,
existe la fluctuación del ánimo, al
odio y el amor a la vez, por un mismo objeto se puede producir muchos y
contrarios afectos. (SPINOZA, B. 1983) Spinoza lo que “pretende es proponer por
primera vez un análisis que muestre por qué la pasión [o no sé si en este caso
es afecto]* es potencia y no carencia, un análisis que demuestre por qué para
entenderla es necesario partir del cuerpo y no del alma.” (ALLENDESALAZAR, M.
1988. P, 57) Así, gira radicalmente el pensamiento y el objeto de estudio a la
vez, ya no es el alma sino el cuerpo pues en el pensamiento de Spinoza son una
y la misma cosa. Spinoza “define el hombre igual que los demás seres de la
naturaleza: por su apetito o deseo de perseverar
en el ser, restituyendo así las pasiones del cuerpo y el cuerpo a la naturaleza
cuyas leyes son <<siempre las mismas>>.” (1988. P, 58) Asimismo, en
“la Ética y el Tratado Político subraya casi con idénticas palabras que,
considerar las pasiones como vicios, los filósofos son incapaces de
comprenderlas y por lo tanto, sólo pueden deplorarlas, ridiculizarlas,
despreciarlas, detestarlas e incluso maldecirlas,” (1988. P,
• Nota de Jonathan Quinche
Moreno
59) Todo esto para poder “comprender en vez de
lamentarse (qué) significa la potencia vital que encierra cada pasión.” (1988.
P, 60) entonces Spinoza se “propone pues abordar un campo inexplorado y por
ésta razón insiste sobre la ignorancia que rodea a este cuerpo, ignorancia que
pudo permanecer insospechada porque el cuerpo del que se había tratado hasta
entonces, había sido a un cuerpo que no obedecía a leyes que eran las suyas.”
(1988. P, 62) ya “Descartes había sido el primero en querer considerar las pasiones
desde un punto de vista físico y no moral, pero Descartes acaba remitiéndose
siempre al alma. Descartes había sido el primero en anunciarlo, pero Spinoza
tiene conciencia de ser el primero en analizar el cuerpo en los límites estrictos e infinitos de su
materialidad. (1988. P, 63)
Con Brainsky tenemos algo más
breve aunque no menos importante, pues proponer un instinto tanático como uno
de los “motores” del ser humano es también innovador y radical pues algunos
creen que es sólo una sólo y misma fuerza pero enfocada en diferentes formas,
el instinto de vida o eros. Habla de
“dos tipos de fuerzas
pulsionales en un continuo interjuego. La una llevará al hombre a la
progresión, hacia adelante, hacia lo complejo, hacia lo más rico y
contradictorio. Éste conjunto lo agrupa bajo el nombre de <<instintos de
vida>> y <<eros>> equiparado aquí con libido, a su energía.
La otra fuerza estaría constituida por un grupo de fuerzas pulsionales que
empujan al individuo hacia atrás, hacia la regresión, hacia lo repetitivo,
hacia el reposo estático, corresponde a los instintos de muerte, dotados de su
propia energía el <<tánatos>>.” (BRAINSKY, S. 2003. P, 100)
Así, “eros y tánatos constituyen
conceptos funcionales que deben valorarse en uno en razón del otro, es decir,
se habla de diferentes grados de fusión
o de defusión, pero no se puede
juzgar instinto de muerte sino a la luz del eros
y solamente se puede contemplar el instinto de vida en función de se mezcla y
de lo tanático.” (2003. P. 104)
entonces podemos decir que negar los instintos es negar al ser humano y con
Spinoza negar los afectos y las pasiones es negar al ser humano. Somos
instintos y/o afectos.
2.
Concordancia entre Spinoza y
Brainsky
La
concordancia que se encuentra entre Spinoza y Brainsky para éste trabajo se
funda an la relación de los conceptos de éstos dos pensadores. Es decir que
equiparamos los afectos de Spinoza con los instintos de Brainsky, que al afecto
es el eros y que la pasión es el tanatos. [por ello la clarificación anterior
en tanto que Spinoza afirma que “Por afectos entiendo las afecciones del
cuerpo, por las cuales aumenta o disminuye, es favorecida o perjudicada, la
potencia de obrar de ese mismo cuerpo, y entiendo, al mismo tiempo, las ideas
de esas afecciones. Así pues, si podemos ser causa adecuada de alguna de esas
afecciones, entonces entiendo por «afecto» una acción; en los otros casos, una
pasión.” (1983. P, 124)]. Eros y afectos aumentan y afirman el ser en su
perseverancia de ser. Mientras que tanatos y pasión “niegan” el ser y no
persevera en su ser. Ninguno de los dos niega la existencia de esta
contradicción humana pero a la vez constitutiva de su ser. Pues no todo lo que
existe en el mundo da alegría ni todo lo que existe en el mundo da tristeza. En
una lucha constante de contrarios necesarios el uno para el otro. Sin el eros
no está tanatos y sin afectos no están las pasiones. Y esto no es que sea malo
o negativo o anti-ético o incorrecto o que se deba negar una para ver la otra o
que una duerme cuando la otra despierta. No.
“Eros y tanatos constituyen conceptos
funcionales que deben valorarse el uno en razón del otro; es decir, se habla de
diferentes grados de fusión o de defusión, pero no se puede juzgar instinto de
muerte sino a la luz del eros y solamente puede contemplar el instinto de vida
en función de su mezcla con lo tanático.”
(2003. P, 104)
Son el principio ontológico del ser humano podríamos decirlo muy
pretenciosamente pero muy precisa a la vez. Por ejemplo dice Spinoza que “Quien
imagina que se destruye aquello que odia, se alegrará.” (1983. Proposición XX
P, 149) siente odio por la cosa y a la vez amor por la destrucción de la misma.
Dos sentimientos para una misma cosa. Aunque claro está que las cusas para cada
uno son diferentes. Es decir que se odio por algún perjuicio en contra y se ama
por la destrucción. No por un beneficio por ejemplo.
3.
Relación con el vídeo The Dark
Knigth, Spinoza y Brainsky
Wasón es el ser que encarna a
tanatos, mientras que Batman es el ser que encarna a eros. O que Wasón es pura
pasión y Batman puro afecto. Es decir que Wason siempre actuará bajo ideas
inadecuadas y Batman bajo ideas adecuadas, padeciendo el primero y alegrándose
el segundo. Claro está que está es una visión muy clásica si se me permite el
térmico, pues por qué no decir que Wason es el puro instinto de vida en tanto
que persevera en su ser frente a todas las experiencias digamos nefastas. Y que Batman es el puro
instinto de muerte en tanto que quiere reprimir la naturaleza del ser. O desde
una perspectiva brindada por Brainsky podríamos decir que Wason “El
esquizofrénico pierde no sólo las relaciones vinculares sino también la
posibilidad de concebirlas. Así el
paciente psicótico (neurótico narcisístico, en términos de Freud) no pierde
únicamente a la novia o a la madre sino la capacidad de entender la existencia
de estos personajes” (BRAINSKY, S. 1997. P, 63) Y cabe aquí el personaje que
surge al final, dos caras, aunque siempre estuvo presente y del lado de los
“buenos” al final se pasa al bando de los “malos” por una experiencia nefasta
que le termina llevando a la repetición del acto como remembranza de la
experiencia nefasta pero esta vez reflejada en otros seres, y en este caso en
particular en aquellos en los que recaía la “responsabilidad” en dicho evento
(la muerte de la novia). O “de una
modalidad de regresión relacionada con el narcisismo y con la exploración de
las profundidades del self, dolorosa,
a veces hasta el desgarramiento, o bien alegre hasta lo pueril” (1997. P, 77) Se actúa más no se obra por el “El esfuerzo
por inferir mal a aquel a quien odiamos (lo que) se llama ira, y el esfuerzo
por devolver el mal que nos han hecho (lo que) se llama venganza.” (2003. P,
155) se debe pues entender que “hay en el ser humano pares antitéticos que
corresponden a afectos [concepto spinosista] a pulsiones instintivas o a
contenidos ideativos que se hallan uno en función del otro, de forma que nunca
pueden estudiarse de forma disociada. Se trata de contradicciones afectivas
básicas y simultaneas.” (1997. P, 62) la ineludible realidad determinante lo
“indeterminado” del actuar humano, algunas veces obramos y otras veces no-
obramos, en algunas veces aumentamos nuestra potencia de obrar y aumentamos
nuestra alegría y la perseverancia del ser de sí. Y en otras disminuimos
nuestra potencia de obrar y padecemos la tristeza y así disminuimos en la
perseverancia del ser de sí.
4.
Consideraciones especiales
La esperanza dice Spinoza es la inconstante
alegría, manada de la imagen de una cosa futura o pretérita, de la que dudamos
su realización. Mas el miedo es una inconstante tristeza, manada también de la
imagen de una cosa dudosa (1983) pero qué sería de la existencia humana, de la
experiencia de la vida sin la esperanza o el miedo. Pues la pérdida de miedo
total nos llevaría ala temeracidad total
y eso sería una idea inadecuada. Y la perdida de la esperanzo nos lleva a la
desesperación y caos rotundo y enfermizo.
Debemos hablar entonces de
alegrías, en plural, pues la pluralidad de la humanidad, lleva a la pluralidad de las afecciones que
generarán alegría, el cuidado que se debe tener es que mi alegría no debe
generar la tristeza de otro. Aunque entraríamos en problemas con lo que dice Spinoza
pues diría que si la tristeza de otro me genera alegría, debo mantener esa tristeza
del otro para perseverar en mi ser. Pienso de no. Que debe ser que la alegría
de uno, pueda ser a la vez alegría de
otros y así la alegría de todos, aunque
suena a utopía romántica. Lo que sí se puede pensar de manera más geométrica
sería tratar de perseverar en su ser de sí,
permitiendo la perseverancia de los demás de su sí, en la mayor medida
posible; y así la mayor medida de perseverancia colectiva. Es difícil concebir
una ética colectivista en la que al pensarse a sí se piense en el otro a la vez.
La realidad es que las pasiones son más comandantes que los afectos y que
padecemos más que obrar, somos seres de padecimientos constantes y que por ser
ideas inadecuadas vemos la realidad con un oscuro lente que muestra todo en
ruinas, que impide ver la geometría de la realidad y que por tanto la armonía
geométrica de la humanidad es lo que se busca para poder ser, en este caso
libres fundados en nuestros afectos, más no sirvientes fundados en nuestras
pasiones. La libertad como eje de la vida alegre en tanto que afectiva y
afirmativa del ser, es lo que se debe mantener. Pues el ser sirviente lleva a
tener una vida de padecimientos. No se puede eliminar del mundo de forma radical los seres que padecen, que actúan por
ideas inadecuadas y que interrumpen la armoniosa afirmación del ser por medio y
necesariamente de sus afectos.
La vida debe ser la plena
realización de los afectos. La vida debe ser el puro desarrollo del eros.
Aunque no se debe olvidar que ellos son gracias a la pasión y a tanatos.
¿Entonces arriba las pasiones y tanatos en tanto que permitan vivir mis afectos
y mi eros como formas de ser en el mundo? ¿Pero ese arriba en realidad no sería
el evitarlas de forma consciente para ser alegra y además, la idea de la causa
de mi alegría?
Bibliografia
Allendeslazar,
M. (1988) Spinoza Filosofía, pasiones y política. Alianza universidad. Alianza
editorial. Madrid
Brainsky, S.
(2003) Manual de psicología y psicopatología dinámicas, Bogotá, Panamericana.
Brainsky, S.
(1997) Psicoanálisis y creatividad más allá del instinto de muerte. Colombia.
Bogotá. Grupo editorial norma
Spinoza, B.,
(1983) Ética demostrada según el orden geométrico, Buenos Aires, Orbis.
Recurso audiovisual:
The Dark knigth