viernes, 24 de marzo de 2017

EL INDETERMINISMO HUMANO

EL INDETERMINISMO HUMANO
Primero mi alegría, segundo la alegría de los demás y tercero la alegría de todos

“Alaban la naturaleza humana que no existe en absoluto
 e infaman la que existe realmente.”
(Spinoza)

Éste trabajo está dividido en cuatro partes breves en las que se tratará primero acerca de lo que hizo Spinoza y lo que hizo Brabsky, en relación a la interpretación, análisis y racionalización de los afectos en el caso de Spinoza y de los instintos en Bransky, seguido por la concordancia entre estos dos pensadores, después se relacionara con el vídeo de The dark knight, y finalmente se harán unas consideraciones especiales, no a modo de conclusión sino a modo de debate abierto.

1.       Qué hizo Spinoza y qué hizo Bransky
Empezaré por tratar de aproximarme a la propuesta de Spinoza reconociendo primero su gran audacia y pensamiento, su originalidad, irreverencia y hasta transgresión de su propuesta en general. Los conceptos claves para entender su filosofía son los de la causa adecuada o inadecuada, cuando hay  causas adecuadas obramos afectados por…, y así aumentamos nuestra alegría, mientras que si existe un causa inadecuada padecemos por… y así aumenta nuestra tristeza. La alegría afirma al ser en sí y a la consciencia de su existencia y aumentamos nuestra potencia de obrar, la tristeza no-afirma al ser en sí ni a la consciencia de la existencia y disminuye la potencia de obrar. Se aumenta el padecimeinto.
Spinoza piensa en la dimensión ética de los afectos y cómo estos determinan “indeterminadamente” al hombre. Pues, existe la fluctuación del ánimo, al odio y el amor a la vez, por un mismo objeto se puede producir muchos y contrarios afectos. (SPINOZA, B. 1983) Spinoza lo que “pretende es proponer por primera vez un análisis que muestre por qué la pasión [o no sé si en este caso es afecto]* es potencia y no carencia, un análisis que demuestre por qué para entenderla es necesario partir del cuerpo y no del alma.” (ALLENDESALAZAR, M. 1988. P, 57) Así, gira radicalmente el pensamiento y el objeto de estudio a la vez, ya no es el alma sino el cuerpo pues en el pensamiento de Spinoza son una y la misma cosa. Spinoza “define el hombre igual que los demás seres de la naturaleza: por su apetito o deseo de perseverar en el ser, restituyendo así las pasiones del cuerpo y el cuerpo a la naturaleza cuyas leyes son <<siempre las mismas>>.” (1988. P, 58) Asimismo, en “la Ética y el Tratado Político subraya casi con idénticas palabras que, considerar las pasiones como vicios, los filósofos son incapaces de comprenderlas y por lo tanto, sólo pueden deplorarlas, ridiculizarlas, despreciarlas, detestarlas e incluso maldecirlas,” (1988. P,
•                     Nota de Jonathan Quinche Moreno


59) Todo esto para poder “comprender en vez de lamentarse (qué) significa la potencia vital que encierra cada pasión.” (1988. P, 60) entonces Spinoza se “propone pues abordar un campo inexplorado y por ésta razón insiste sobre la ignorancia que rodea a este cuerpo, ignorancia que pudo permanecer insospechada porque el cuerpo del que se había tratado hasta entonces, había sido a un cuerpo que no obedecía a leyes que eran las suyas.” (1988. P, 62) ya “Descartes había sido el primero en querer considerar las pasiones desde un punto de vista físico y no moral, pero Descartes acaba remitiéndose siempre al alma. Descartes había sido el primero en anunciarlo, pero Spinoza tiene conciencia de ser el primero en analizar el cuerpo en los límites estrictos e infinitos de su materialidad. (1988. P, 63)
Con Brainsky tenemos algo más breve aunque no menos importante, pues proponer un instinto tanático como uno de los “motores” del ser humano es también innovador y radical pues algunos creen que es sólo una sólo y misma fuerza pero enfocada en diferentes formas, el instinto de vida o eros. Habla de
“dos tipos de fuerzas pulsionales en un continuo interjuego. La una llevará al hombre a la progresión, hacia adelante, hacia lo complejo, hacia lo más rico y contradictorio. Éste conjunto lo agrupa bajo el nombre de <<instintos de vida>> y <<eros>> equiparado aquí con libido, a su energía. La otra fuerza estaría constituida por un grupo de fuerzas pulsionales que empujan al individuo hacia atrás, hacia la regresión, hacia lo repetitivo, hacia el reposo estático, corresponde a los instintos de muerte, dotados de su propia energía el <<tánatos>>.” (BRAINSKY, S. 2003. P, 100)

Así, “eros y tánatos constituyen conceptos funcionales que deben valorarse en uno en razón del otro, es decir, se habla de diferentes grados de fusión o de defusión, pero no se puede juzgar instinto de muerte sino a la luz del eros y solamente se puede contemplar el instinto de vida en función de se mezcla y de lo tanático.” (2003. P. 104) entonces podemos decir que negar los instintos es negar al ser humano y con Spinoza negar los afectos y las pasiones es negar al ser humano. Somos instintos y/o afectos.

2.       Concordancia entre Spinoza y Brainsky
La concordancia que se encuentra entre Spinoza y Brainsky para éste trabajo se funda an la relación de los conceptos de éstos dos pensadores. Es decir que equiparamos los afectos de Spinoza con los instintos de Brainsky, que al afecto es el eros y que la pasión es el tanatos. [por ello la clarificación anterior en tanto que Spinoza afirma que “Por afectos entiendo las afecciones del cuerpo, por las cuales aumenta o disminuye, es favorecida o perjudicada, la potencia de obrar de ese mismo cuerpo, y entiendo, al mismo tiempo, las ideas de esas afecciones. Así pues, si podemos ser causa adecuada de alguna de esas afecciones, entonces entiendo por «afecto» una acción; en los otros casos, una pasión.” (1983. P, 124)]. Eros y afectos aumentan y afirman el ser en su perseverancia de ser. Mientras que tanatos y pasión “niegan” el ser y no persevera en su ser. Ninguno de los dos niega la existencia de esta contradicción humana pero a la vez constitutiva de su ser. Pues no todo lo que existe en el mundo da alegría ni todo lo que existe en el mundo da tristeza. En una lucha constante de contrarios necesarios el uno para el otro. Sin el eros no está tanatos y sin afectos no están las pasiones. Y esto no es que sea malo o negativo o anti-ético o incorrecto o que se deba negar una para ver la otra o que una duerme cuando la otra despierta. No.
“Eros y tanatos constituyen conceptos funcionales que deben valorarse el uno en razón del otro; es decir, se habla de diferentes grados de fusión o de defusión, pero no se puede juzgar instinto de muerte sino a la luz del eros y solamente puede contemplar el instinto de vida en función de su mezcla con lo tanático.”  (2003. P, 104)

Son el principio ontológico del ser humano podríamos decirlo muy pretenciosamente pero muy precisa a la vez. Por ejemplo dice Spinoza que “Quien imagina que se destruye aquello que odia, se alegrará.” (1983. Proposición XX P, 149) siente odio por la cosa y a la vez amor por la destrucción de la misma. Dos sentimientos para una misma cosa. Aunque claro está que las cusas para cada uno son diferentes. Es decir que se odio por algún perjuicio en contra y se ama por la destrucción. No por un beneficio por ejemplo.

3.       Relación con el vídeo The Dark Knigth, Spinoza y Brainsky
Wasón es el ser que encarna a tanatos, mientras que Batman es el ser que encarna a eros. O que Wasón es pura pasión y Batman puro afecto. Es decir que Wason siempre actuará bajo ideas inadecuadas y Batman bajo ideas adecuadas, padeciendo el primero y alegrándose el segundo. Claro está que está es una visión muy clásica si se me permite el térmico, pues por qué no decir que Wason es el puro instinto de vida en tanto que persevera en su ser frente a todas las experiencias  digamos nefastas. Y que Batman es el puro instinto de muerte en tanto que quiere reprimir la naturaleza del ser. O desde una perspectiva brindada por Brainsky podríamos decir que Wason “El esquizofrénico pierde no sólo las relaciones vinculares sino también la posibilidad de concebirlas. Así el paciente psicótico (neurótico narcisístico, en términos de Freud) no pierde únicamente a la novia o a la madre sino la capacidad de entender la existencia de estos personajes” (BRAINSKY, S. 1997. P, 63) Y cabe aquí el personaje que surge al final, dos caras, aunque siempre estuvo presente y del lado de los “buenos” al final se pasa al bando de los “malos” por una experiencia nefasta que le termina llevando a la repetición del acto como remembranza de la experiencia nefasta pero esta vez reflejada en otros seres, y en este caso en particular en aquellos en los que recaía la “responsabilidad” en dicho evento (la muerte de la novia).  O “de una modalidad de regresión relacionada con el narcisismo y con la exploración de las profundidades del self, dolorosa, a veces hasta el desgarramiento, o bien alegre hasta lo pueril” (1997. P, 77)  Se actúa más no se obra por el “El esfuerzo por inferir mal a aquel a quien odiamos (lo que) se llama ira, y el esfuerzo por devolver el mal que nos han hecho (lo que) se llama venganza.” (2003. P, 155) se debe pues entender que “hay en el ser humano pares antitéticos que corresponden a afectos [concepto spinosista] a pulsiones instintivas o a contenidos ideativos que se hallan uno en función del otro, de forma que nunca pueden estudiarse de forma disociada. Se trata de contradicciones afectivas básicas y simultaneas.” (1997. P, 62) la ineludible realidad determinante lo “indeterminado” del actuar humano, algunas veces obramos y otras veces no- obramos, en algunas veces aumentamos nuestra potencia de obrar y aumentamos nuestra alegría y la perseverancia del ser de sí. Y en otras disminuimos nuestra potencia de obrar y padecemos la tristeza y así disminuimos en la perseverancia del ser de sí.



4.       Consideraciones especiales 
La esperanza dice Spinoza es la inconstante alegría, manada de la imagen de una cosa futura o pretérita, de la que dudamos su realización. Mas el miedo es una inconstante tristeza, manada también de la imagen de una cosa dudosa (1983) pero qué sería de la existencia humana, de la experiencia de la vida sin la esperanza o el miedo. Pues la pérdida de miedo total nos llevaría  ala temeracidad total y eso sería una idea inadecuada. Y la perdida de la esperanzo nos lleva a la desesperación y caos rotundo y enfermizo.
Debemos hablar entonces de alegrías, en plural, pues la pluralidad de la humanidad, lleva  a la pluralidad de las afecciones que generarán alegría, el cuidado que se debe tener es que mi alegría no debe generar la tristeza de otro. Aunque entraríamos en problemas con lo que dice Spinoza pues diría que si la tristeza de otro me genera alegría, debo mantener esa tristeza del otro para perseverar en mi ser. Pienso de no. Que debe ser que la alegría de uno, pueda ser a la vez  alegría de otros  y así la alegría de todos, aunque suena a utopía romántica. Lo que sí se puede pensar de manera más geométrica sería tratar de perseverar en su ser de sí,  permitiendo la perseverancia de los demás de su sí, en la mayor medida posible; y así la mayor medida de perseverancia colectiva. Es difícil concebir una ética colectivista en la que al pensarse a sí se piense en el otro a la vez. La realidad es que las pasiones son más comandantes que los afectos y que padecemos más que obrar, somos seres de padecimientos constantes y que por ser ideas inadecuadas vemos la realidad con un oscuro lente que muestra todo en ruinas, que impide ver la geometría de la realidad y que por tanto la armonía geométrica de la humanidad es lo que se busca para poder ser, en este caso libres fundados en nuestros afectos, más no sirvientes fundados en nuestras pasiones. La libertad como eje de la vida alegre en tanto que afectiva y afirmativa del ser, es lo que se debe mantener. Pues el ser sirviente lleva a tener una vida de padecimientos. No se puede eliminar del mundo de forma  radical los seres que padecen, que actúan por ideas inadecuadas y que interrumpen la armoniosa afirmación del ser por medio y necesariamente de sus afectos.
La vida debe ser la plena realización de los afectos. La vida debe ser el puro desarrollo del eros. Aunque no se debe olvidar que ellos son gracias a la pasión y a tanatos. ¿Entonces arriba las pasiones y tanatos en tanto que permitan vivir mis afectos y mi eros como formas de ser en el mundo? ¿Pero ese arriba en realidad no sería el evitarlas de forma consciente para ser alegra y además, la idea de la causa de mi alegría?

Bibliografia
Allendeslazar, M. (1988) Spinoza Filosofía, pasiones y política. Alianza universidad. Alianza editorial. Madrid
Brainsky, S. (2003) Manual de psicología y psicopatología dinámicas, Bogotá, Panamericana.
Brainsky, S. (1997) Psicoanálisis y creatividad más allá del instinto de muerte. Colombia. Bogotá. Grupo editorial norma
Spinoza, B., (1983) Ética demostrada según el orden geométrico, Buenos Aires, Orbis.

Recurso audiovisual: The Dark knigth

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