HERÁCLITO Y LA LUCIDEZ
El honor del sobre nombre del oscuro
Si no esperas lo inesperado nunca lo
encontrarás. (Heráclito)
Las líneas de este escrito tratarán de dar cuenta en la medida de lo
posible de lo que pretende explicar Heidegger. Más que afirmaciones cerrados se
presentan cuestionamientos para debatir y permitir desocultar lo que se nos
oculta en lo escrito por el oscuro Heráclito y que trata de hacer brillar
Heidegger.
El concepto de Aletheia es
base para este escrito desde el filósofo Martín Heidegger el cual a su vez
explica al filósofo Heráclito. Ello desde una breve frase, pero, que es de una
fuerza que complica las reflexiones en filosofía, esta es: “¿cómo podrá alguien
ocultarse ante lo que nunca se pone?” (Heidegger, M. P. 91) los conceptos de
alguien, ocultarse y lo que nunca se pone, presentan un problema que ha
permanecido vivo por los siglos y seguirá. Pues el mismo Heidegger admite la
dificultad de significar los fragmentos de la filosofía de Heráclito que
sobrevivieron, pues “no nos admiten, precisamente lo esencial: la unidad de la
construcción interior de Heráclito, unidad que dice y entrama todo” (Heidegger,
M. P. 89). Así queda atenernos a la recta razón o logos, frente a la difícil
interpretación de lo dicho por Heráclito, y de paso el esfuerzo que se debe
ejercer para poder entender lo que explica Heidegger.
Se pretende presentar más bien una serie de cuestionamientos frente a
la propuesta interesante de Heidegger en su ensayo Aletheia. O mejor más que propuesta, la precisa y certera
apreciación de la formulación de Heráclito en su fragmento 16.
Ahora éste Heráclito el “Oscuro”, piensa lo luminoso [licht], “intenta pro-vocar el brillar de
lo iluminador en el lenguaje del pensar” (Heidegger, M. P. 89). Un oscuro que
piensa lo brillante [Scheinendes]. El
problema al parecer es la distinción de la posible relación entre el
desocultamiento [ Entbergung] y el lucimiento [Lichtung]. Y una pregunta sería ¿qué se entiende por el lenguaje
del pensar?
Entonces digamos que, lo desoculto es lo que ya ha aparecido y ha
dejado, así pues, el velamiento, ha llegado por ello a apariencia y en últimas,
presente. El desocultar se da pues en el lucimiento.
Una duda, esta palabra presente es presente de estar en presencia o
es presente de tiempo, y así ¿qué pasaría con el pasado y el futuro?
Lo importante en este momento es poder explicar qué se entiende por
lo que nunca-se-pone, el ponerse se entiende como un ocultarse o “un permanecer
oculto” (Heidegger, M. P. 91). Se trata entonces de mantener una cercanía al
texto mismo de Heráclito y del mismo Heidegger, para poder significar o dar
sentido de la mejor manera el ya mencionado fragmento 16. La presencia misma es
caracterizada por el “permanecer oculto y desoculto” (Heidegger, M. P. 93).
Entonces nuestra palabra Aletheia
empieza a significar o tener sentido de la presencia de lo presente, lo
aparecido, lo anunciado, el estar-delante, como el surgir o el pro-ducirse, así
la “presencia es el iluminado ocultarse” (Heidegger, M. P. 94).
Ahora bien, aparece una palabra que complejiza aún más el dilema
filosófico presente, y es el olvido, como lo que permanece oculto, es un
olvidar lo ocultado, y así si se puede decir un recordar lo desocultado.
Pues lo desvelado esta velado
(Heidegger, M. P. 95), lo que se olvida cae en velamiento.
Pasamos entonces a referirnos a la relación del hombre con lo que
nunca está oculto, puesto que “el ponerse es pensado griegamente acontece como
entrar en ocultamiento” (Heidegger, M. P. 96). Y ante lo cual nadie puede
quedar velado, oculto. Así esto que no se pone, es a su vez lo que siempre
surge. (Heidegger, M. P. 97) aquí aparece la
phisys como concepto para referir a eso que no se pone y que surge
constantemente, “si es que lo es” (Heidegger, M. P. 97). Es en ultimas el
“desocultamiento siempre perdurante” (Heidegger, M. P. 98). Es importante
mencionar la similitud entre los conceptos de “Entstehung” y “Entbergung”, el
primero significa nacimiento y el segundo desocultar. Y ambos tienden a lo mismo dejar el ocultamiento.
Dice entonces Heidegger que el desocultamiento y el ocultamiento son
mentados por lo que nunca-se-pone (Heidegger, M. P. 98), así podemos decir que
el surgir surge del ocultamiento como desocultamiento. “El desocultarse ama el
ocultarse” (Heidegger, M. P. 99), es algo así como modos de ser de la phisys, aunque con toda la posibilidad
de equivocarme. Heráclito presenta como se esencia el surgir, como
desocultarse. El esenciarse de la phisys.
El ocultarse es la posibilidad de su esencia al desocultarse, pero también, que
el surgir da la gracia al ocultarse, entonces el desocultarse necesita del
ocultarse, es un surgir fuera del ocultamiento, la esencia de la phisys es desocualtar y ocultar, Ahora
bien, esta phisys es un “siempre
viviente” (Heidegger, M. P. 101), y ese
vivir como la cualidad primordial del ser, pues al igual que en Nietsche “¿cómo puede ser algo ´ser´ muerto?”
(Heidegger, M. P. 101) por ello el fuego para Heráclito ayuda a ejemplificar su
tesis ya que es a su vez como un surgir que siempre perdura, lo que a modo de la
phisys siempre descansa en sí, y no
fue creado por dioses ni hombres (Heidegger, M. P. 102). Y este fuego es el
mismo mundo como surgir duradero, busca así la plenitud esencial de lo Mismo,
el logos fundamental en la tesis de Heráclito que permite “su acordar [Sinnen] en el corazón [Herz]” (Heidegger, M. P. 103); así
llegamos a “lo que nunca entra en el ocultamiento es el surgir permanente fuera
del ocultarse” (Heidegger, M. P. 103).
Arde y brilla pues el fuego y da claror, claridad al mundo hace
lucir y libera “lucir es el pro-ducir reunidor-acordante en lo libre, es
custodiar de la presencia”
(Heidegger, M. P. 103). El mundo es el lucimiento acontecido. Así lo esencial
es el mismo lucimiento que permite el desocultamiento de lo oculto. No se da un
desocultamiento porque sí, sino que es necesario el logos para ello, ya que
muchos creen que lo presente es por familiaridad lo adecuado, aunque les sea extraño.
La luminosidad permite el desocultamiento, y ello solo se capta en el puro
acontecer invisible del resplandor del lucimiento, que a su vez es velarse, y
así lo más oscuro. Aquí hay una gran confusión pues ¿cómo es que el lucimiento
es a la vez velamiento? Por ello lo del honor del sobre nombre oscuro.
Para terminar, es importante decir que Heidegger hace un minucioso
estudio de los conceptos en la filosofía de Heráclito, y así podemos decir que
el filósofo se debe encargar de pensar conceptos, desde conceptos y con
conceptos, para poder dar sentido a la realidad. Heidegger muestra, podemos
decir, un método, en tanto que ceñirse literalmente a lo dicho por el autor y
no por las múltiples interpretaciones manipuladas en algunos casos por otros
tantos pensadores. Dar un orden al discurso y retomar lo ya alcanzado para
seguir desocultando lo oculto, aunque eso sea velarlo.
BIBLIOGRAFÍA
HEIDEGGER, M. Revista de filosofía.
Aletheia.