LA
CIENCIA DEL SABER
Síntesis
del Libro I de la Metafísica de
Aristóteles
“Corresponde a una sola
ciencia razonar acerca de estas nociones y de la substancia,
y es propio del filósofo poder especular
acerca de todas las cosas.
En efecto, si no es propio del filósofo, ¿quién será el que
investigue […]”
(Aristóteles,
Metafísica, IV, 2. 1004b. 158-159)
El siguiente
escrito pretende ser una síntesis del Libro I de la Metafísica de Aristóteles, haciendo énfasis en la reconstrucción de
la definición de la ciencia primera, así como de sus características.
Es ineludible
iniciar por la primera frase de la Metafísica
“Todos los hombres desean por naturaleza saber.” (Aristóteles. Metafísica. 1982.
I, 1, 980a. 1) y decir así, que éste saber
que se pretende no es un simple saber, como quien <<sabe>> que el sol
permite el día y la noche. Sino que corresponde, en esa distinción natural del
ser humano, ejercer, en tanto que “dispone del arte y del razonamiento.” (Met.,
I, 1. 980b. 2) la búsqueda de las
nociones universales, que surgen claro está de los casos semejantes presentados
a la experiencia y por la experiencia, que corresponde en últimas al
conocimiento de las cosas particulares, mientras que al arte corresponde al
conocimiento de las cosas universales (Met., I, 1. 981a. 4), el por qué y la causa, por ello es más
ciencia que la experiencia que sólo opera por costumbre. Además de decir que
los que operan por costumbre les es imposible enseñar, mientras que los que
poseen el arte, por conocer las cusas, pueden enseñar, y en esto estriba la
diferencia entre el ignorante y el sabio (Met., I, 1. 981b. 7).
Es importante
mencionar que las sensaciones no dicen nada del por qué, sólo si es caliente o
frío. Ésta ciencia o arte de saber no busca pues la utilidad, sino que busca
las primeras causas y los primeros principios (Met., I, 1. 981b. 7), siendo a
su vez más capaz de enseñar, pues dice las causas acerca de las cosas (Met., I,
1. 982a 10-11). Versa pues sobre lo escible (Met., I, 2. 982b. 13), y a partir
de ello se conocen las demás cosas. Es superior a la subordinación, “conoce el
fin por el que debe hacerse cada cosa. Y este fin es el bien de cada una” (Met.,
I, 2. 982b. 13). Este pensamiento sobre las esencias empezó debido a los
primeros hombres que empezaron a filosofar movidos por la admiración puesto que
“el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia.” (Met., I,
2. 982b. 14) se huye de la ignorancia buscando el saber por el conocimiento
mismo, es la única ciencia libre por ser para sí misma únicamente, pueden haber
(ciencias) más necesarias pero no mejores. Esta ciencia del saber versa sobre
cuatro causas, a saber: causa substancial (esencia), causa material (sujeto),
causa eficiente (movimiento) y causa final (o bien) (Met., I, 3. 983a. 19).
Después de esto
viene una explicación de lo hecho por los que filosofaron antes de Aristóteles,
describiendo sus propuestas, sus alcances y límites, pasando por los monistas,
los pluralistas, los materialistas, por Tales, los pitagóricos, Heráclito,
hasta el mismo Platón y otros más. Explicando los principios del Agua, el
Fuego, el Aire, la Tierra, las Homeomerias, los contrarios como una especie de
<<motor>> de la realidad; y los números como componedores de la
misma. Añadiendo recursos inmateriales
para sustentar sus ideas como la idea de Entendimiento o lo Pleno y lo Vacío. Lo
importante de estos pensadores es que “comenzaron a hablar y a definir acerca
de la quididad” (Met., I, 5. 987a. 43). Más con Sócrates y Paltón, que aunque
Sócrates se halla dedicado más a un antropología; y Platón con el mundo de la
Ideas, que separa las esencias de las cosas mismas, dan ésta realidad superior y de supremacía
sobre las cosas mismas, como el fundamento constitutivo de las mismas, siendo
las cosas sólo copia de las Ideas por medio de la <<participación>>
que no explica bien, según Aristóteles, Platón; y que sólo cambia un concepto
pitagórico, el de la imitación, por el de la participación, pero que quedaría
limitado a la hora de explicar las primeras causas y los primeros principios.
Las cosas existen por la proporción de sus elementos, de la esencia y la
substancia de la cosa (Met., I, 10. 993a.
80) que son una y la misma cosa. Aquí se ratifica el enfoque de la filosofía de
Aristóteles, que parte de lo sensible como dato primigenio de la realidad, de
la cual hay que <<ascender>> hacia lo inteligible y comprender así las primeras causas y los primeros
principios, lo escible.
Así podemos
concluir, a grandes rasgos, el propósito de Aristóteles al tratar de
caracterizar la Ciencia del Saber. Su cuidadoso recorrido por cada una de las
propuestas anteriores a él, buscando las diferentes equivocaciones o falencias
dentro de las grandes pretensiones de éstos pensadores, que empezaron en su
rustico pensar a abrir la brecha y la senda por donde caminaría la filosofía en
busca de su más grande tesoro jamás
conseguido la sabiduría, siempre está tendiendo a ella. Pero, que sí dejan
unas formas, a modo de claves, para poder indagar de modo acertado y certero
las cuestiones acerca de la realidad primera de las cosas, que remiten a la
esencia misma del ser. Plantea así el
gran problema de la filosofía en tanto que debe pensar lo universal, busca
Aristóteles el objeto de estudio de la ciencia sin darle un límite a ella pues
versará sobre lo ente, el Ser, hacia la reflexión universal, sobre los primeros
principios y las primeras causas, así como sus fines, y esto sólo se logra
desde la Filosofía Primera o Metafísica que posteriormente será llamada Ontología.
BIBLIOGRAFÍA
Aristóteles. Metafísica. 1982. Edición
trilingüe. Valentín García Yerra. Segunda edición. Editorial Gredos S. A.
Madrid. España.
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