Filosofía,
literatura y filosofar
¿Adónde vamos a ir ahora que lo
sabemos?
Para qué sirve conocer la cura si
tenemos que seguir
expuestos al contagio por los
siglos de los siglos.
Qué más me da de dónde vengan
nuestras sonrisas.
(Lorica,
1993.)
El siguiente escrito quiere dar
cuenta, en la medida de lo posible, de una manera breve, lo que propone Diego
Pineda en su texto sobre Contenido
filosófico y forma literaria. Para tomar unas bases y poder explicar la
intrínseca reciprocidad entre poesía y filosofía.
Es innegable que desde el nacimiento
de la filosofía, la poesía, especialmente, ha tratado de ser modo de filosofar,
en tanto, en palabras de Pineda, que “suscita” algo, un sentimiento, una
emoción, un recuerdo, etc.; así, una posible reflexión profunda sobre el ser
mismo, llegando pues al pensamiento filosófico, al ejercicio pleno de la
práctica filosófica.
El mismo Pineda hace un breve
recorrido por la historia y muestra cómo la filosofía ha ido cambiando su forma
de expresarse, en los orígenes de la filosofía, se usaba bastante la poesía, el
teatro, los aforismos, para poder hacer pensar filosóficamente, para hacer
filosofía. Después, por hechos históricos y extra filosóficos (como la
aparición del cristianismo), generan modificaciones en la forma de hacerse la
filosofía misma, pasa de dialógica a monológica, se enclaustra y se vuelve
pesado, llena de conceptos que son fríos, lentos, y muchas veces polisémicos. Posteriormente,
quiere retomar esas formas clásicas de hacer filosofía para liberarle de esa tediosidad. Dice Pineda (2005), “La filosofía parece
haber estado encarnada primero de aforismos, poesía, diálogo y drama.” (pág.
22)
Posteriormente
filósofos del renacimiento, de la modernidad y del siglo XX hacen literatura
(poesía) con el fin de generar reflexiones filosóficas, pues,
Muchos de ellos
escribieron poemas (como Nietzsche o Lucrecio), diálogos (como Platón, Hume,
Galileo, etc.) o recurrieron (como Nietzsche y Wittgenstein) al aforismo como
forma de expresar su pensamiento. E incluso aquellos que escribieron bajo la
forma de tratados teóricamente muy elaborados, como Kant, nunca dejaron de
crear poderosas imágenes para hacer más vivaces sus pensamientos, como la del
“nuevo día.” (Pineda, 2005, pág. 23)
En especial Nietzsche y su poética
filosofía o su filosofía poética, que suscitó, suscita y suscitará, sugestiones
en el lector que le lleve a pensarse desde su propio drama, pues:
Algunos filósofos incluso han ido
más lejos, hasta adoptar una forma literaria conocida como el vehículo más
adecuado de su crítica filosófica. Así, por ejemplo, los ilustrados franceses,
como Voltaire, Diderot y Rousseau, escribieron múltiples novelas como una forma
de desarrollar su pensamiento filosófico. El Cándido de Voltaire por ejemplo, es a la vez un experimento
literario y filosófico. (Pineda, 2005, pág.
25)
Podría decir muy pretensiosamente
que la filosofía es otra forma de escribir, y que la literatura es otra forma
de escribir, pero que el sentido filosófico sobre la literatura la da el
lector. Es decir, dos personas pueden leer la misma obra literaria y no por
ello los dos reflexionar filosóficamente a partir de la obra leída. “No
pretendo afirmar, por supuesto, que el uso de textos literarios como medio de
suscitar la reflexión filosófica sea siempre y en sí mismo deseable” (Pineda,
2005, pág. 27). O que genere siempre los mismos resultados o suscite la misma
angustia. Pero no podemos negar que “el recurso a las formas literarias ha
llegado a ser incluso, en los últimos años, un medio particularmente
importante, tanto en la investigación como en la enseñanza de la filosofía”
(Pineda, 2005, pág. 26); por eso, es reciproca la relación pues la literatura
coadyuva a la filosofía, la filosofía coadyuva a la literatura. La literatura
ayuda a pensar de otra manera, y la filosofía permite expresar de otra manera;
pues, es de suprema importancia que “el narrador debe sugerir al lector sus
propias perplejidades, generarle preguntas, sugerirle hipótesis, ayudarlo a ver
distintas líneas de razonamiento e indagación” (Pineda, 2005, pág. 27).
Entonces, podemos ver de manera
clara, en la medida de lo posible, que la literatura y la filosofía usan en
lenguaje para poder ser. Por ello debemos:
Subrayar las múltiples ventajas
que, desde el punto de vista práctico, pueden ofrecer ciertos relatos para una
auténtica pedagogía filosófica en la medida en que estos textos atraen al lector,
suscitan su atención hacia sus propias emociones y actos mentales, lo
comprometen intelectualmente y emocionalmente con las preguntas y modos de vida
de los personajes, le permiten examinar con mayor cuidado sus argumentos y
sobre todo le ayudan a articular distintos tipos de problemas filosóficos y a
desarrollar habilidades integradoras. (Pineda, 2005, pág. 27)
Un pequeño verso puede
desestabilizar la conciencia más firme, por ejemplo: “<<…en lo divino
creen únicamente aquellos que lo son>>” (Holderling, Fragmento del poema
“Aplausos a los hombres”) así el ámbito de lo divino queda problematizado pues debería ser divino para poder entenderle. Por ello, se va “a través de un
camino narrativo pero no pretende en ningún momento sustituir la lectura
atenta, reflexiva y cuidadosa de los textos filosóficos” (Pineda, 2005, pág. 27).
La
filosofía busca expresarse en cientos de modos por medio de la literatura
(poema, aforismo, alegoría, mito, fabula, cuento, proverbio, refrán, hasta en
una retahíla), por ejemplo:
Una
cosa me he encontrado
Cuatro
veces la diré
Si
su dueño no aparece
Con
ella me quedaré.
(2013,
ww.ejemplode.com. recuperado de http://www.ejemplode.com/12-clases_de_espanol/3705-ejemplo_de_retahila.html)
Aquí
en este escrito, en este preciso encuentro y momento se pretende hacer un
llamado para hacer filosofía desde los diversos modos, como la poesía, pero
inventándola a la vez, es decir sacando de sí para hacer filosofía, razonando y
escribiendo, en verbo progresivo.
Permítaseme
decir que los siguientes textos me han hecho reflexionar filosóficamente sobre
la vida y todas las implicaciones epistemológicas, ontológicas y
antropológicas, entre otras: Diario de una huida de Marlyn Harris (1982), Un
mundo feliz de Aldous Huxley (2004), El Túnel de Sábato (), 1984 de Goerge Orwels
(2016), El Castillo de Kafca (), Cóndores no entierran todos los días de
Álvares Gardeazábal (1994), El
nacimiento de un hombre de Mejía Vallejo (), Héroes de Ray Lorica (1993), El
loco (sf), El profeta(sf), Jesús el hijo
del hombre de Jalil Gibran (sf), La Náusea de Sartre () y hasta Mafalda().
Poemas
como El sistema de Eduardo Galeano:
Los funcionarios, no funcionan.
Los políticos hablan, pero no dicen. Los votantes votan, pero no eligen. Los
medios de información desinforman. Los centros de enseñanza, enseñan a ignorar.
Los jueces, condenan a las víctimas. Los militares están en guerra contra sus
compatriotas. Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en
cometerlos. Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan. Es más
libre el dinero que la gente. La gente, está al servicio de las cosas.
La
poesía nos permite pensar de forma irrestricta lo impensable. Puede y le está
permitido que el maestro de filosofía generar los ambientes para pensar
filosóficamente y pensar en filosofía, apoyarse en los discursos o narraciones
literarias para impulsar el pensamiento filosófico, hacia la búsqueda del bien,
la belleza y la justicia.
He de aprender a no seguir un
método para aprender
Sino la conciencia de los sueños
y las fortalezas del ser
Transcurren los días como sin más
Y ahí es cuando necesito, de mí,
más
Momentos en blanco que derivan en
palabras
Y palabras que terminaran siendo
dichas
Perderán su sentido
Y se habrán perdido
Naufrago entre acciones que
promueven esperanza
Sobrevivo entre sombras y
lúgubres amenazas
Lo uno y lo otro en constante y
dialéctico
Lo uno y lo otro fundamento de lo
estético
Saberse que la realidad es en
tanto que soy
Verdades objetivas que pervierten
el hoy
Sensaciones que pasan sin pensar
De ruegos que se piensan sin
pasar
Ilusiones que se desvanecen con
el poder de la ciencia
Sueños que se vivifican con el
leer de la inconciencia
Seremos no sólo la desobediencia
y resistencia
Buscaremos la permanencia utópica
de la existencia
Lo absurdo será la leña del fuego
de la vida
El axioma será al agua para el
calor de la ira
Movimientos de las experiencias
que se intentan atrapar
Marcas indelebles como cicatriz
por desamparar
Miedo fundamento de la victoria
cuando se vence
La
satisfacción no está en el saciar sino en el envejecer…
(Quinche, 20-06-2017-19:26)
BIBLIOGRAFÍA
Galeano,
E.
Lorica,
R. 1993. Héroes. Plazas & Janés Editores, S.A.
Pineda,
D. 2005. Revista DE NOVEDADES EDUCATIVAS N° 169 Buenos Aires pp. 21-29
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