viernes, 17 de noviembre de 2017

Filosofía, literatura y filosofar

Filosofía, literatura y filosofar
¿Adónde vamos a ir ahora que lo sabemos?
Para qué sirve conocer la cura si tenemos que seguir
expuestos al contagio por los siglos de los siglos.
Qué más me da de dónde vengan nuestras sonrisas.
(Lorica, 1993.)

            El siguiente escrito quiere dar cuenta, en la medida de lo posible, de una manera breve, lo que propone Diego Pineda en su texto sobre Contenido filosófico y forma literaria. Para tomar unas bases y poder explicar la intrínseca reciprocidad entre poesía y filosofía.
            Es innegable que desde el nacimiento de la filosofía, la poesía, especialmente, ha tratado de ser modo de filosofar, en tanto, en palabras de Pineda, que “suscita” algo, un sentimiento, una emoción, un recuerdo, etc.; así, una posible reflexión profunda sobre el ser mismo, llegando pues al pensamiento filosófico, al ejercicio pleno de la práctica filosófica.
            El mismo Pineda hace un breve recorrido por la historia y muestra cómo la filosofía ha ido cambiando su forma de expresarse, en los orígenes de la filosofía, se usaba bastante la poesía, el teatro, los aforismos, para poder hacer pensar filosóficamente, para hacer filosofía. Después, por hechos históricos y extra filosóficos (como la aparición del cristianismo), generan modificaciones en la forma de hacerse la filosofía misma, pasa de dialógica a monológica, se enclaustra y se vuelve pesado, llena de conceptos que son fríos, lentos, y muchas veces polisémicos. Posteriormente, quiere retomar esas formas clásicas de hacer filosofía para liberarle de esa tediosidad.  Dice Pineda (2005), “La filosofía parece haber estado encarnada primero de aforismos, poesía, diálogo y drama.” (pág. 22)
Posteriormente filósofos del renacimiento, de la modernidad y del siglo XX hacen literatura (poesía) con el fin de generar reflexiones filosóficas, pues,

Muchos de ellos escribieron poemas (como Nietzsche o Lucrecio), diálogos (como Platón, Hume, Galileo, etc.) o recurrieron (como Nietzsche y Wittgenstein) al aforismo como forma de expresar su pensamiento. E incluso aquellos que escribieron bajo la forma de tratados teóricamente muy elaborados, como Kant, nunca dejaron de crear poderosas imágenes para hacer más vivaces sus pensamientos, como la del “nuevo día.” (Pineda, 2005, pág. 23)

            En especial Nietzsche y su poética filosofía o su filosofía poética, que suscitó, suscita y suscitará, sugestiones en el lector que le lleve a pensarse desde su propio drama, pues:

Algunos filósofos incluso han ido más lejos, hasta adoptar una forma literaria conocida como el vehículo más adecuado de su crítica filosófica. Así, por ejemplo, los ilustrados franceses, como Voltaire, Diderot y Rousseau, escribieron múltiples novelas como una forma de desarrollar su pensamiento filosófico. El Cándido de Voltaire por ejemplo, es a la vez un experimento literario y filosófico.  (Pineda, 2005, pág. 25)

            Podría decir muy pretensiosamente que la filosofía es otra forma de escribir, y que la literatura es otra forma de escribir, pero que el sentido filosófico sobre la literatura la da el lector. Es decir, dos personas pueden leer la misma obra literaria y no por ello los dos reflexionar filosóficamente a partir de la obra leída. “No pretendo afirmar, por supuesto, que el uso de textos literarios como medio de suscitar la reflexión filosófica sea siempre y en sí mismo deseable” (Pineda, 2005, pág. 27). O que genere siempre los mismos resultados o suscite la misma angustia. Pero no podemos negar que “el recurso a las formas literarias ha llegado a ser incluso, en los últimos años, un medio particularmente importante, tanto en la investigación como en la enseñanza de la filosofía” (Pineda, 2005, pág. 26); por eso, es reciproca la relación pues la literatura coadyuva a la filosofía, la filosofía coadyuva a la literatura. La literatura ayuda a pensar de otra manera, y la filosofía permite expresar de otra manera; pues, es de suprema importancia que “el narrador debe sugerir al lector sus propias perplejidades, generarle preguntas, sugerirle hipótesis, ayudarlo a ver distintas líneas de razonamiento e indagación” (Pineda, 2005, pág. 27).
            Entonces, podemos ver de manera clara, en la medida de lo posible, que la literatura y la filosofía usan en lenguaje para poder ser. Por ello debemos:

Subrayar las múltiples ventajas que, desde el punto de vista práctico, pueden ofrecer ciertos relatos para una auténtica pedagogía filosófica en la medida en que estos textos atraen al lector, suscitan su atención hacia sus propias emociones y actos mentales, lo comprometen intelectualmente y emocionalmente con las preguntas y modos de vida de los personajes, le permiten examinar con mayor cuidado sus argumentos y sobre todo le ayudan a articular distintos tipos de problemas filosóficos y a desarrollar habilidades integradoras. (Pineda, 2005, pág. 27)

            Un pequeño verso puede desestabilizar la conciencia más firme, por ejemplo: “<<…en lo divino creen únicamente aquellos que lo son>>” (Holderling, Fragmento del poema “Aplausos a los hombres”) así el ámbito de lo divino queda problematizado pues debería ser divino para poder entenderle. Por ello, se va “a través de un camino narrativo pero no pretende en ningún momento sustituir la lectura atenta, reflexiva y cuidadosa de los textos filosóficos”  (Pineda, 2005, pág. 27).
La filosofía busca expresarse en cientos de modos por medio de la literatura (poema, aforismo, alegoría, mito, fabula, cuento, proverbio, refrán, hasta en una retahíla), por ejemplo:

Una cosa me he encontrado
Cuatro veces la diré
Si su dueño no aparece
Con ella me quedaré.

Aquí en este escrito, en este preciso encuentro y momento se pretende hacer un llamado para hacer filosofía desde los diversos modos, como la poesía, pero inventándola a la vez, es decir sacando de sí para hacer filosofía, razonando y escribiendo, en verbo progresivo.
Permítaseme decir que los siguientes textos me han hecho reflexionar filosóficamente sobre la vida y todas las implicaciones epistemológicas, ontológicas y antropológicas, entre otras: Diario de una huida de Marlyn Harris (1982), Un mundo feliz de Aldous Huxley (2004), El Túnel de Sábato (), 1984 de Goerge Orwels (2016), El Castillo de Kafca (), Cóndores no entierran todos los días de Álvares Gardeazábal (1994),  El nacimiento de un hombre de Mejía Vallejo (), Héroes de Ray Lorica (1993), El loco (sf),  El profeta(sf), Jesús el hijo del hombre de Jalil Gibran (sf), La Náusea de Sartre () y hasta Mafalda().
Poemas como El sistema de Eduardo Galeano:
                       
Los funcionarios, no funcionan. Los políticos hablan, pero no dicen. Los votantes votan, pero no eligen. Los medios de información desinforman. Los centros de enseñanza, enseñan a ignorar. Los jueces, condenan a las víctimas. Los militares están en guerra contra sus compatriotas. Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en cometerlos. Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan. Es más libre el dinero que la gente. La gente, está al servicio de las cosas.

La poesía nos permite pensar de forma irrestricta lo impensable. Puede y le está permitido que el maestro de filosofía generar los ambientes para pensar filosóficamente y pensar en filosofía, apoyarse en los discursos o narraciones literarias para impulsar el pensamiento filosófico, hacia la búsqueda del bien, la belleza y la justicia.



He de aprender a no seguir un método para aprender                         
Sino la conciencia de los sueños y las fortalezas del ser
Transcurren los días como sin más
Y ahí es cuando necesito, de mí, más
Momentos en blanco que derivan en palabras
Y palabras que terminaran siendo dichas
Perderán su sentido
Y se habrán perdido
Naufrago entre acciones que promueven esperanza
Sobrevivo entre sombras y lúgubres amenazas
Lo uno y lo otro en constante y dialéctico
Lo uno y lo otro fundamento de lo estético
Saberse que la realidad es en tanto que soy
Verdades objetivas que pervierten el hoy
Sensaciones que pasan sin pensar
De ruegos que se piensan sin pasar
Ilusiones que se desvanecen con el poder de la ciencia
Sueños que se vivifican con el leer de la inconciencia
Seremos no sólo la desobediencia y resistencia
Buscaremos la permanencia utópica de la existencia
Lo absurdo será la leña del fuego de la vida
El axioma será al agua para el calor de la ira
Movimientos de las experiencias que se intentan atrapar
Marcas indelebles como cicatriz por desamparar
Miedo fundamento de la victoria cuando se vence
La satisfacción no está en el saciar sino en el envejecer…                                                    (Quinche, 20-06-2017-19:26)








BIBLIOGRAFÍA
Galeano, E.
Lorica, R. 1993. Héroes. Plazas & Janés Editores, S.A.
Pineda, D. 2005. Revista DE NOVEDADES EDUCATIVAS N° 169 Buenos Aires pp. 21-29




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