EL MARXISMO COMO ÉTICA
Las cosas son eco de los hombres y los hombres son
eco de las cosas
Sólo en un orden
de cosas en el que ya no existan clases y antagonismo de clases,
las evoluciones
sociales dejaran de ser revoluciones políticas.
Hasta que ese
momento llegue, en vísperas de toda reorganización
general de la
sociedad, la última palabra de la ciencia social será siempre:
“Lucha o
morir; la lucha sangrienta o la nada. Es el dilema inexorable.”
(Miseria de la filosofía , Marx)
El siguiente trabajo está fundamentado
bajo las ideas de Forrester presentadas en su texto el horror económico, y el texto llamado Amartya Sen y el desarrollo como libertad: La
viabilidad de una alternativa a las estrategias de promoción del desarrollo de
María Edo, y en especial, en el documental llamado Noticias de la antigüedad ideológica: Marx – Eisenstein – El Capital.
Este trabajo se compone de tres partes
supremamente breves pues cada parte del trabajo podría ser una tesis de grado,
la primera en la que se presenta un análisis, en lo posible crítico, de lo que
es la <<ética>> capitalista. La segunda parte es la propuesta del
marxismo como ética, y la tercera parte se analiza la película North Country desde los conceptos
adquiridos con los textos ya mencionados.
El capitalismo, sabemos bien, es “el
producto del trabajo [que] no pertenece al obrero, al trabajador, sino al “no
trabajador”, al propietario de los medios de producción.” (Trujillo, VIDA
DE CARLOS MARX. 1988. P. 22). Es como si
por arte de magia al capitalista se le multiplicara el dinero. Y al trabajador
lo que produce se le desaparece. “A éste [al capitalista] le produce riquezas,
bienestar, poder, al trabajador sólo le trae insatisfacción, privaciones,
opresión, explotación.” (Trujillo. 1988. P, 22) al capitalista se le aumenta en
demasía la riqueza sin hacer nada, se reproduce con lo que no hace, se le
acrecienta la cuenta sin remunerar la labor del obrero explotado. La ética del
capitalismo es suprimir la conciencia de clase, oprimir la vida del obrero, y
exprimir la fuerza de trabajo para secar al trabajador y así se tenga que
obligarse a sí mismo a seguir oprimido por la simple necesidad de la
subsistencia. Hay que agradecer al capitalista que por lo menos deja recargar
fuerzas para volver a ser exprimido, decía una canción de un grupo de ska
llamado skampida en la que dice algo
así como trabajar para comer, comer para tener las fuerzas de volver [a
trabajar]. “El hombre [trabajador] no desarrolla sus necesidades, creatividad y
facultad propias del ser humano” (Trujillo. 1988. P. 22) se vuelve un apéndice
de la fábrica, de la máquina, es una palanca más. Pierde así la dimensión de
ser un ser humano consciente de su ser en el mundo. Los hombres son instrumento
con voz. “El obrero en gran medida no disfruta del producto ajeno que produce colectivamente,
construirá casa y edificios a los que no tendrá acceso; hospitales en los que
no será recibido, automóviles de los no disfrutará, alimentos que no probará,
vestidos que no lo vestirán.” (Trujillo. 1988. P. 23) produce mientras se
desconoce, se vuelve de una máquina de acero un apéndice de carne, como dice
Marx (Trujillo. 1988. P. 23) y así se pierde la libertad, la vida, la pasión, y
hasta la razón. El desarrollo es sólo para los dueños de los medios de
producción. La evolución es sólo para los capitalistas, mientras involuciona el
obrero. El trabajador es enajenado se su propio ser, es alienado y pierde su
voluntad humana. Los derechos así sólo son para, ya no los trabajadores,
sino para las cosas, como si ellas reclamaran ser. El
tiempo de vida de un obrero se convierte en tiempo de trabajo, en tiempo de
muerte, en el que se ve expropiado de su ser y extraño a sí mismo, pues:
El
capitalismo es un tipo de sociedad mercantil y burocrática en la que predomina
la cantidad sobre la cualidad; las mercancías y el capital sobre las personas;
el mercado y el intercambio sobre la razón y el amor; el frío interés material
sobre la ética y los valores; el cálculo despersonalizado de ganancias y
pérdidas sobre la amistad y el fetiche del dinero sobre los seres humanos.”
(Kohan. 2008. P. 7)
La ética marxista, o la propuesta del
marxismo como ética sería algo así como adquirir esa conciencia de clase para
hacer consciente la lucha misma de clases, la lucha que sólo busca la libertad.
La emancipación de los obreros frente a los dueños de los medios de producción,
con los que exprimen la fuerza de trabajo de los obreros. Los trabajadores son
los que realizan la historia misma, son a través de sus productos lo
generadores de las condiciones para su explotación o su emancipación. Son ellos
el motor de la economía, la fuerza de trabajo la que produce el plus-valor,
plus-valor que está desde su origen mal distribuido, el trabajador deja parte
de su ser en el producto, del cual ya se vuelve ajeno, y por tanto pierde toda
relación de retribución justa y así es explotado, re explotado hasta el
desahucio. El marxismo entonces llamará a “una filosofía de la acción
transformadora y revolucionaria: la filosofía de la praxis”. (Kohan. 2008. P.
22) lo que significa una concepción del mundo, la vida, al ser humano, y sus
relaciones sociales en la historia, en el que la praxis se convierte entonces
en la referencia para pensar, decir, sentir y hacer, es decir a la unión entre
la práctica y la conciencia (Kohan. 2008. P. 22) el problema central es que:
“Este
plus valor se asienta en un trabajo excedente –realizado por los obreros- que
no se les paga. El plus valor es un trabajo humano no pagado, no retribuido
pero que permanece oculto bajo la forma la apariencia de que con el salario el
patrón paga por todo el trabajo realizado por los trabajadores, cuando en
realidad solo paga una parte, quedándose con el excedente.” (Kohan. 2008. P.
20)
Queda clara la ética capitalista
máximo trabajo-mínimo salario. Mientras que Marx nos enseña a revelarnos contra
este orden y generar uno nuevo, todo el trabajo pago, máximo trabajo-máximo
salario. La reivindicación de los derechos y la exigencia de la libertad y de
la dignidad humana para que se vea al obrero más importante que una máquina.
Pues “de él viven los empresarios y patronos” (Kohan. 2008. P. 20) el
capitalismo debe dejar “de ser una institución natural –que siempre existió y
siempre… existirá- para transformarse en algo simplemente histórico,
transitorio y, por lo tanto, superable.” (Kohan. 2008. P. 21) el obrero debe
ser actor de la historia y no sólo un trabajador. Debe reclamar el papel de su
ser en el mundo.
“¿Qué
valor pueden tener esos "empleados" costosos, inscritos en el seguro
social, inconstantes y pesados, en comparación con esas máquinas sólidas y
constantes, marginadas de la protección social, manipulables por su esencia,
económicas por añadidura, despojadas de emociones dudosas, quejas agresivas,
deseos peligrosos?” (Forrester. 1997. P. 14)
Es mejor una máquina que un ser humano.
Es mejor un hombre que una mujer. Desde la película de North Country. Vemos
cómo la necesidad apremiante y agobiante de trabajo, es la fuente de la
movilidad humana. El desempleado quiere nuevamente ser explotado. Necesita ser
explotado para poder <<vivir>>. El desarrollo que es natural en el
ser humano, no necesariamente entendido como evolución, sino simple realización
del ser. Y la libertad es la que permite que existe un desarrollo, pero que
cubra las necesidades básicas de todos. “Pues bien, ahí están los
"excluidos", implantados como ninguno. Hay que tenerlos en cuenta.”
(Forrester. 1997. P. 19) el papel de los desempleados podríamos decir
es mantener a los empleados aferrados a sus trabajos de subsistencia de
sobrevivencia en la jungla de cemento. Sen, afirma, “que la
maximización de la utilidad resulta una muy mala descripción de la forma en que
las personas actúan.” (Edo. 2002. P. 17) pues el criterio de utilidad muchas
veces va en detrimento de la dignidad humana, como en la película en la que los
trabajos más “bajos” eran los hechos por las mujeres, pues “existen infinidad
de acciones cotidianas que resultarían ridículas si fueran analizadas bajo esta
luz: muchas motivaciones que llevan al ciudadano común a comportarse de
determinada manera quedarían fuera de un esquema de economía del bienestar
tradicional” (Edo. 2002. P. 17) es decir que si la mujer no se comporta como
hombre no puede hacer las labores de los hombres, y que debe además dejarse
agredir, verbal y físicamente, debido a una supuesta superioridad de raza
“varonil”. La protagonista de la película asume su papel de trabajadora y también
de actriz de su vida, la dueña de su libertad y la reclamante de sus derechos
mínimos, básicos y necesarios. No puede
haber desarrollo sin libertad. Y la libertad no puede ser si se expropia al
obrero de su dignidad humana.
Aguante la revolución, en contra del
capitalismo caníbal, del que enajena la vida para convertirla en un
padecimiento. La ética capitalista está en contra de la humanidad obrera, la
ética marxista llama a la praxis revolucionaria. A la reivindicación de los
derechos humanos para los obreros, de su justa lucha por el rescate de la
libertad y el desarrollo, Marx sospechó que el mundo iba mal y que la causa era
el capitalismo, ahora estamos en la necesidad de luchar cara a cara contra la
incertidumbre e la raza humana trabajadora que cada vez está más oprimida y
explotada, y que ahora con las políticas actuales y las economías globales ahogan
cada vez más el grito de la internacional, obreros del mundo uníos.
QUINCHE
BIBLIOGRAFÍA
Forrester, V. (1997) El horror
económico, Fondo de cultura económica, México
Edo, M. (2002) AMARTYA SEN Y EL
DESARROLLO COMO LIBERTAD: La viabilidad de una alternativa a las estrategias de
promoción del desarrollo.
Material audiovisual:
Noticias de la antigua ideología: Marx –
Eisenstein – El Capital. Alexander Kluge. 2008.
Caro, Niki,
North Country, Warner Bros, 2005
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