sábado, 27 de mayo de 2017

EL MARXISMO COMO ÉTICA

EL MARXISMO COMO ÉTICA
Las cosas son eco de los hombres y los hombres son eco de las cosas


Sólo en un orden de cosas en el que ya no existan clases y antagonismo de clases,
las evoluciones sociales dejaran de ser revoluciones políticas.
Hasta que ese momento llegue, en vísperas de toda reorganización
general de la sociedad, la última palabra de la ciencia social será siempre:
“Lucha  o morir; la lucha sangrienta o la nada. Es el dilema inexorable.”
(Miseria de la filosofía , Marx)


El siguiente trabajo está fundamentado bajo las ideas de Forrester presentadas en su texto el horror económico, y el texto llamado Amartya Sen y el desarrollo como libertad: La viabilidad de una alternativa a las estrategias de promoción del desarrollo de María Edo, y en especial, en el documental llamado Noticias de la antigüedad ideológica: Marx – Eisenstein – El Capital.

Este trabajo se compone de tres partes supremamente breves pues cada parte del trabajo podría ser una tesis de grado, la primera en la que se presenta un análisis, en lo posible crítico, de lo que es la <<ética>> capitalista. La segunda parte es la propuesta del marxismo como ética, y la tercera parte se analiza la película North Country desde los conceptos adquiridos con los textos ya mencionados.

El capitalismo, sabemos bien, es “el producto del trabajo [que] no pertenece al obrero, al trabajador, sino al “no trabajador”, al propietario de los medios de producción.” (Trujillo, VIDA DE  CARLOS MARX. 1988. P. 22). Es como si por arte de magia al capitalista se le multiplicara el dinero. Y al trabajador lo que produce se le desaparece. “A éste [al capitalista] le produce riquezas, bienestar, poder, al trabajador sólo le trae insatisfacción, privaciones, opresión, explotación.” (Trujillo. 1988. P, 22) al capitalista se le aumenta en demasía la riqueza sin hacer nada, se reproduce con lo que no hace, se le acrecienta la cuenta sin remunerar la labor del obrero explotado. La ética del capitalismo es suprimir la conciencia de clase, oprimir la vida del obrero, y exprimir la fuerza de trabajo para secar al trabajador y así se tenga que obligarse a sí mismo a seguir oprimido por la simple necesidad de la subsistencia. Hay que agradecer al capitalista que por lo menos deja recargar fuerzas para volver a ser exprimido, decía una canción de un grupo de ska llamado skampida en la que dice algo así como trabajar para comer, comer para tener las fuerzas de volver [a trabajar]. “El hombre [trabajador] no desarrolla sus necesidades, creatividad y facultad propias del ser humano” (Trujillo. 1988. P. 22) se vuelve un apéndice de la fábrica, de la máquina, es una palanca más. Pierde así la dimensión de ser un ser humano consciente de su ser en el mundo. Los hombres son instrumento con voz. “El obrero en gran medida no disfruta del producto ajeno que produce colectivamente, construirá casa y edificios a los que no tendrá acceso; hospitales en los que no será recibido, automóviles de los no disfrutará, alimentos que no probará, vestidos que no lo vestirán.” (Trujillo. 1988. P. 23) produce mientras se desconoce, se vuelve de una máquina de acero un apéndice de carne, como dice Marx (Trujillo. 1988. P. 23) y así se pierde la libertad, la vida, la pasión, y hasta la razón. El desarrollo es sólo para los dueños de los medios de producción. La evolución es sólo para los capitalistas, mientras involuciona el obrero. El trabajador es enajenado se su propio ser, es alienado y pierde su voluntad humana. Los derechos así sólo son para, ya no los trabajadores, sino  para  las cosas, como si ellas reclamaran ser. El tiempo de vida de un obrero se convierte en tiempo de trabajo, en tiempo de muerte, en el que se ve expropiado de su ser y extraño a sí mismo, pues:

El capitalismo es un tipo de sociedad mercantil y burocrática en la que predomina la cantidad sobre la cualidad; las mercancías y el capital sobre las personas; el mercado y el intercambio sobre la razón y el amor; el frío interés material sobre la ética y los valores; el cálculo despersonalizado de ganancias y pérdidas sobre la amistad y el fetiche del dinero sobre los seres humanos.” (Kohan. 2008. P. 7)

La ética marxista, o la propuesta del marxismo como ética sería algo así como adquirir esa conciencia de clase para hacer consciente la lucha misma de clases, la lucha que sólo busca la libertad. La emancipación de los obreros frente a los dueños de los medios de producción, con los que exprimen la fuerza de trabajo de los obreros. Los trabajadores son los que realizan la historia misma, son a través de sus productos lo generadores de las condiciones para su explotación o su emancipación. Son ellos el motor de la economía, la fuerza de trabajo la que produce el plus-valor, plus-valor que está desde su origen mal distribuido, el trabajador deja parte de su ser en el producto, del cual ya se vuelve ajeno, y por tanto pierde toda relación de retribución justa y así es explotado, re explotado hasta el desahucio. El marxismo entonces llamará a “una filosofía de la acción transformadora y revolucionaria: la filosofía de la praxis”. (Kohan. 2008. P. 22) lo que significa una concepción del mundo, la vida, al ser humano, y sus relaciones sociales en la historia, en el que la praxis se convierte entonces en la referencia para pensar, decir, sentir y hacer, es decir a la unión entre la práctica y la conciencia (Kohan. 2008. P. 22) el problema central es que:

“Este plus valor se asienta en un trabajo excedente –realizado por los obreros- que no se les paga. El plus valor es un trabajo humano no pagado, no retribuido pero que permanece oculto bajo la forma la apariencia de que con el salario el patrón paga por todo el trabajo realizado por los trabajadores, cuando en realidad solo paga una parte, quedándose con el excedente.” (Kohan. 2008. P. 20)

            Queda clara la ética capitalista máximo trabajo-mínimo salario. Mientras que Marx nos enseña a revelarnos contra este orden y generar uno nuevo, todo el trabajo pago, máximo trabajo-máximo salario. La reivindicación de los derechos y la exigencia de la libertad y de la dignidad humana para que se vea al obrero más importante que una máquina. Pues “de él viven los empresarios y patronos” (Kohan. 2008. P. 20) el capitalismo debe dejar “de ser una institución natural –que siempre existió y siempre… existirá- para transformarse en algo simplemente histórico, transitorio y, por lo tanto, superable.” (Kohan. 2008. P. 21) el obrero debe ser actor de la historia y no sólo un trabajador. Debe reclamar el papel de su ser en el mundo.

“¿Qué valor pueden tener esos "empleados" costosos, inscritos en el seguro social, inconstantes y pesados, en comparación con esas máquinas sólidas y constantes, marginadas de la protección social, manipulables por su esencia, económicas por añadidura, despojadas de emociones dudosas, quejas agresivas, deseos peligrosos?” (Forrester. 1997. P. 14)

               
Es mejor una máquina que un ser humano. Es mejor un hombre que una mujer. Desde la película de North Country. Vemos cómo la necesidad apremiante y agobiante de trabajo, es la fuente de la movilidad humana. El desempleado quiere nuevamente ser explotado. Necesita ser explotado para poder <<vivir>>. El desarrollo que es natural en el ser humano, no necesariamente entendido como evolución, sino simple realización del ser. Y la libertad es la que permite que existe un desarrollo, pero que cubra las necesidades básicas de todos. “Pues bien, ahí están los "excluidos", implantados como ninguno. Hay que tenerlos en cuenta.” (Forrester. 1997. P. 19)  el papel de los desempleados podríamos decir es mantener a los empleados aferrados a sus trabajos de subsistencia de sobrevivencia en la jungla de cemento. Sen, afirma, “que la maximización de la utilidad resulta una muy mala descripción de la forma en que las personas actúan.” (Edo. 2002. P. 17) pues el criterio de utilidad muchas veces va en detrimento de la dignidad humana, como en la película en la que los trabajos más “bajos” eran los hechos por las mujeres, pues “existen infinidad de acciones cotidianas que resultarían ridículas si fueran analizadas bajo esta luz: muchas motivaciones que llevan al ciudadano común a comportarse de determinada manera quedarían fuera de un esquema de economía del bienestar tradicional” (Edo. 2002. P. 17) es decir que si la mujer no se comporta como hombre no puede hacer las labores de los hombres, y que debe además dejarse agredir, verbal y físicamente, debido a una supuesta superioridad de raza “varonil”. La protagonista de la película asume su papel de trabajadora y también de actriz de su vida, la dueña de su libertad y la reclamante de sus derechos mínimos, básicos y necesarios.  No puede haber desarrollo sin libertad. Y la libertad no puede ser si se expropia al obrero de su dignidad  humana. 

Aguante la revolución, en contra del capitalismo caníbal, del que enajena la vida para convertirla en un padecimiento. La ética capitalista está en contra de la humanidad obrera, la ética marxista llama a la praxis revolucionaria. A la reivindicación de los derechos humanos para los obreros, de su justa lucha por el rescate de la libertad y el desarrollo, Marx sospechó que el mundo iba mal y que la causa era el capitalismo, ahora estamos en la necesidad de luchar cara a cara contra la incertidumbre e la raza humana trabajadora que cada vez está más oprimida y explotada, y que ahora con las políticas actuales y las economías globales ahogan cada vez más el grito de la internacional, obreros del mundo uníos.

           QUINCHE
BIBLIOGRAFÍA

Forrester, V. (1997) El horror económico, Fondo de cultura económica, México

Edo, M. (2002) AMARTYA SEN Y EL DESARROLLO COMO LIBERTAD: La viabilidad de una alternativa a las estrategias de promoción del desarrollo.

Material audiovisual:
Noticias de la antigua ideología: Marx – Eisenstein – El Capital. Alexander Kluge. 2008.
Caro, Niki, North Country, Warner Bros, 2005



No hay comentarios:

Publicar un comentario